Los hermanos Rodríguez, la cara amable de la dictadura de Maduro
Altos cargos chavistas, como El Aissami y Padrino, mantienen sus cuotas de poder y otros como Cabello han sido desplazados
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Iniciar sesiónEn Venezuela, el poder no recae únicamente en el presidente de la República, Nicolás Maduro, sino que se reparte entre diferentes grupos más o menos a la sombra de la presidencia. Maduro es la pieza más visible y reconocible de un engranaje que estuvo ... a punto de quebrarse -como nunca antes- bajo la presión de la Administración Trump, lo que obligó al chavismo a realizar cambios profundos en la cúpula chavista. Durante ese período emergieron figuras clave como los hermanos Rodríguez, Delcy y Jorge , que ahora mismo concentran grandes cuotas del poder ejecutivo y legislativo en Venezuela.
Hace una semana, el ex ‘número dos’ del chavismo, Diosdado Cabello , a quien el propio Maduro ha reducido su capacidad de maniobra, grababa un vídeo para las redes sociales donde explicaba que la revolución no es una cuestión de personalismos sino de trabajo colectivo. «A veces me quedo sorprendido de que haya personas que operan en grupos y quieren controlar hasta el más mínimo detalle», dijo en referencia a los preparativos de las próximas elecciones regionales.
El mensaje era un dardo dirigido a los hermanos Rodríguez, los nuevos urdidores de la política venezolana que han reflotado al régimen de Caracas. Cabello, a quien Maduro alejó por su radicalismo, no tiene ahora mismo ningún cargo dentro del Gobierno, solo mantiene la segunda vicepresidencia del partido oficialista PSUV y es el líder de la mayoría del Parlamento.
Hace un año, ABC publicó que el plan de Maduro para neutralizar a Cabello fue pasar a retiro a 53 militares de alto rango pertenecientes a la promoción de 1987 del capitán Cabello. En esa oportunidad, sus compañeros de armas no fueron promovidos a cargos importantes, sino más bien dados de baja y marginados.
Jorge y Delcy Rodríguez están ahora mismo en la cúspide del poder , al ocupar la Presidencia de la Asamblea Nacional chavista y la vicepredencia ejecutiva, respectivamente. Sus «camaradas del Gobierno» reconocen en ellos características innatas de liderazgo y señalan que son los que ejercen el poder real, según pudo saber este diario.
«A Delcy le tienen miedo los ministros. Ella es la que controla el funcionamiento de cada ministerio», asegura la misma fuente que explica que es la que autoriza las reuniones de los ministros y la que pone sobre la mesa los temas que pueden y deben ser abordados por la revolución.
En el mismo escalafón se encuentra Nicolás Ernesto Maduro Guerra, ' Nicolasito', vástago de Nicolás Maduro, y quien desde el ascenso de su padre al poder formaba parte de su gabinete en la sombra . No fue hasta este año cuando decidió conquistar su propio espacio político con la candidatura a la Asamblea Nacional y medir fuerzas con otras figuras del chavismo.
Los militares
El segundo grupo de poder es el de las Fuerzas Armadas, liderado por el ministro de la Defensa, Vladímir Padrino López . Los militares son el verdadero escudo de la revolución, por eso la oposición de Juan Guaidó invitó a los soldados a romper con Maduro para el rescate de la democracia, pero ese llamamiento terminó siendo un completo fracaso. «El militar venezolano ya no es un soldado, es un empresario que quiere hacer dinero y a eso se debe su lealtad con los altos mandos», aseguran fuentes militares contactadas por ABC. Los militares controlan más de 40 empresas, entre ellas Veximca (Venezolana de Exportaciones e Importaciones C.A) o Camimpeg (Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas), la misión abastecimiento soberano con las bolsas del CLAP, al frente de la cual están 500 militares; siete puertos nacionales, el Instituto Nacional de Aereonáutica Civil con 73 aeropuertos nacionales e internacionales ; diez ministerios con militares concentrados en las carteras donde se maneja más dinero, y siete gobernaciones claves. Militares y negocios, negocios y militares, al más puro estilo cubano.
Una muestra más del poder de Padrino es su total autonomía a la hora de gestionar la crisis generada por el secuestro de ocho militares venezolanos por un grupo disidente de las FARC, el Frente 10, hace un mes. Padrino López ha desplegado tropas en la frontera con Colombia y dirigido también las negociaciones para su liberación. Es verdad que hasta ahora su resultado ha sido escaso y los militares continúan desaparecidos, pero ha conseguido también ejercer un mayor control personal sobre la estratégica región. Al grito de «Apure es nuestro», el Ejército venezolano se despliega a las órdenes de Vladimir Padrino.
Mejora de la economía
El tercer grupo de poder es el controlado por Tareck El Aissami , actual ministro de Petróleo y de Industria y Producción Nacional, por el que EE.UU. ofrece una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información que lleve a su captura. Sus vínculos con el narcotráfico y el terrorismo iraní lo convierten en una amenaza para la seguridad nacional, según Washignton.
Expertos consultados reconocen que la pequeña recuperación económica de Venezuela se debe al trabajo de El Aissami desde la vicepresidencia del área económica del país. «Controla toda la economía del país y tiene a sus hombres de confianza repartidos en varias instituciones del Estado»: la Superintendencia Nacional de Criptoactivos, que maneja la moneda digital inventada por el régimen, el 'Petro'; el Banco Central de Venezuela, con Calixto Ortega al frente, y el Ministerio de Energía Eléctrica con el general en jefe, Néstor Reverol.
Reverol se convirtió en agosto pasado en el primer general en jefe, el máximo rango militar, en toda la historia de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Tras el ascenso otorgado por Maduro, se comenzó a especular con una posible sustitución de Padrino López al que ya se le ha aplazado varias veces su retiro. Sin embargo, fuentes solventes aseguran que el Gobierno no puede nombrar a un comandante de la GNB como ministro de Defensa porque «se revelarían los demás componentes de las Fuerzas Armadas».
La reestructuración del Gobierno aflora viejas rencillas entre grupos que velan, en primer lugar, por sus intereses y después por los del pueblo. Ahora con el poder un poco más equilibrado entre civiles y militares, Maduro quiere tomar oxígeno y conseguir que el mundo libre homologue las elecciones ilegítimas de diciembre.
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