Guía para entender las elecciones legislativas de Francia

A partir de ahí, pueden pasar a la segunda vuelta los candidatos que superen el umbral del 12,5 %.

Si pasan tres candidatos… pueden ocurrir dos cosas:

-Que uno de los candidatos se retire, en beneficio de uno de los rivales. En ese caso, el beneficiario suele ganar. Ese comportamiento ha permitido eliminar / excluir a la extrema derecha durante varias décadas.

-Que los tres candidatos sigan adelante: en este caso, gana el que tenga mejor resultado. En la segunda vuelta, caben algunos votos perversos / esquizofrénicos. Todo depende de la personalidad del candidato.

Se trata de una elección muy personal: la personalidad del candidato es tan importante o más que su familia política, dentro de un orden.

Ese tipo de votación, a dos vueltas, tiene otra peculiaridad: los candidatos más votados reciben una “prima”; mientras que los candidatos minoritarios ven “recortadas” sus posibilidades. Con este sistema, un partido que consiga entre el 30 o el 35 % de los votos, en la primera vuelta, puede conseguir una mayoría absoluta en la segunda vuelta, beneficiándose de la “prima” y los “votos perversos” del voto final. Un elector puede votar a la izquierda en primera vuelta y a la derecha en la segunda. Y al revés.

Se anuncia un nuevo orden político nacional:

-La República en Marcha (LREM), el partido del presidente Macron, puede conseguir la mayoría absoluta con el 30 % de los votos, presentando candidatos masivamente desconocidos y sin experiencia.

-Los Republicanos (LR, derecha tradicional) puede salvar los muebles, con un 19 / 20 % de intenciones de voto, convirtiéndose en primer partido de oposición.

-Frente Nacional (Extrema derecha) se cotiza como tercera fuerza política nacional, con un 18 % de intenciones de voto en la primera vuelta, pero menos perspectivas en la segunda.

-Francia Insumisa (FI, extrema izquierda populista) se cotiza como cuarta fuerza política nacional, con el 12 % de las intenciones de voto, relegando a un humillante quinto y sexto puesto al Partido Socialista (PS), víctima anunciada de una catástrofe histórica, y al PCF, convertido en un grupúsculo insignificante, con apenas un 2,5 % intenciones de voto.

Será algo radicalmente nuevo, con varias novedades sin duda históricas:

-Un partido sin experiencia ni representación parlamentaria, LREM, se convertirá en la primera fuerza política nacional.

-Los partidos históricos de izquierda y derecha sufrirán una crisis sin precedentes.

-Los extremismos populistas, de extrema derecha y extrema izquierda harán una ruidosa entrada en la nueva Asamblea Nacional.