Fundaciones, el largo brazo de la diplomacia alemana

Después de la Segunda Guerra Mundial, el Parlamento de la República Federal de Alemania aprobó una ley de cooperación internacional que establecía que todo partido político germano con representación parlamentaria podría disponer de una fundación para promover la democracia fuera del territorio nacional. Estableció también que estas fundaciones fuesen financiadas por el Estado alemán , de acuerdo al tamaño de la bancada de cada partido y dando así carta de legitimidad a las denominadas fundaciones políticas alemanas. A partir de esta ley, de cada partido político alemán ha surgido una fundación de contenido ideológico vinculado a las formaciones políticas y a través de las que el Estado alemán financia la promoción de ideas por todo el mundo. Las principales son la Friedrich Ebert, ligada al Partido Socialdemócrata (SPD); la Fundación Konrad Adenauer, ligada a la Unión Cristianodemócrata (CDU); la Fundación Friedrich Naumann, relacionada con el Partido Liberal (FDP), la Fundación Hanns Seidel, vinculada a la partido bávaro Unión Socialcristiana (CSU) y la Fundación Heinrich Böll, enlazada al partico ecopacifista Los Verdes.

Estas fundaciones políticas reciben subvenciones base del presupuesto federal , vía el Ministerio del Interior, además de dotaciones provenientes de otros ministerios para proyectos más precisos. Aunque son entidades independientes, sus dirigentes son personas que siguen las aspiraciones políticas del partido correspondiente. La principal actividad de todas ellas es la educación política, y en esto cooperan con grupos e instituciones socio-políticos locales, tanto como con sindicatos, partidos políticos, organismos patronales, cooperativas y organizaciones de jóvenes como universidades, empresas e instituciones. También apoyan en ocasiones a partidos políticos, incluyendo a aquellos que forman parte de la oposición. Sin embargo, tienden a extender su trabajo a casi todos los sectores de interés general : salud, solidaridad, cultura, investigación y promoción de medios de comunicación. Constituyen un sector muy importante de la política alemana de desarrollo y expansión de su influencia, y traban en la captación de cuadros de liderazgo a través de amplios programas de becas.

El Ministerio de Interior marroquí desea un más alto nivel de control sobre estas instituciones y los proyectos que financian en Marrueco s. Así lo ha reivindicado en el marco de las negociaciones para un nuevo programa de colaboración, sin encontrar comprensión por parte del Gobierno alemán, que por ley no puede interferir ni modificar el estatus y forma de operar de las fundaciones.

En Marruecos, las fundaciones alemanas se dedican a la promoción de los derechos civiles y la democracia, así como al acompañamiento de la sociedad civil desde esta localización en los procesos de transición política en todo el norte de África. Trabajan en estrecha relación con las autoridades locales, aunque esa vía de actividad ha sido por ahora interrumpida, manteniendo en cambio activos sus programas en espacios no estatales.