Cuando el partido de Obama era esclavista
En sus orígenes, los demócratas estaban vinculados a los conservadores estados sureños y los republicanos hacían el papel de «progres». Los roles se invirtieron en la década de 1930
manuel trillo
Algún antiguo demócrata se habrá revuelto en su tumba al comprobar que un negro se convertía en el candidato de su partido y, además, se instalaba en el despacho oval. A la formación de Barack Obama se la identifica hoy con los «progres» estadounidenses ... , frente a los conservadores republicanos , pero no siempre fue así, ni mucho menos. Es más, en términos históricos, ese reparto de papeles es más bien reciente.
En los primeros pasos de Estados Unidos como país independiente no había demócratas y republicanos, tal como los conocemos ahora. En tiempos de George Washington , la joven nación se dividía entre «federalistas» -partidarios de instituciones federales fuertes- y «republicanos demócratas» -defensores de la autonomía de los estados-. Esta división tenía además un componente territorial que perduraría durante generaciones: los federalistas arraigaron más en Nueva Inglanterra , al norte, y los republicanos demócratas en el sur .
Pero había otra diferencia: los federalistas se hicieron fervientemente probritánicos, mientras que los republicanos mantuvieron la hostilidad hacia sus antiguos dominadores. Y eso sería la perdición de los federalistas, porque cuando en 1812 estalló una nueva guerra contra la ex metrópoli, aparecían a los ojos de muchos como unos antipatriotas, de manera que, tras la contienda, quedaron borrados del mapa político.
Se abrió así una era de hegemonía de un solo partido, el republicano demócrata, pero éste a su vez se fracturó entre unionistas y defensores de los derechos de los estados. Esta división coincidía con las crecientes diferencias sobre la cuestión de la esclavitud . Hacia 1819, los estados al norte de la llamada línea Mason-Dixon (la frontera entre Pensilvania y Maryland), la habían prohibido, mientras que los situados al sur de esa línea no sólo la toleraban, sino que su economía era cada vez más dependiente de ella.
Los unionistas se acabaron separando en un llamado Partido Republicano Nacional , mientras que los republicanos demócratas pasaron a quedarse con el apellido de «demócratas» y se identificaban cada vez más con los intereses de los estados del sur y la defensa de la esclavitud. Pero aquel Partido Republicano Nacional no era todavía el de Reagan o Bush, sino que tuvo una existencia breve. A comienzos de los años 30 se desintegró y los opositores al entonces presidente, el demócrata Andrew Jackson , se agruparon en una nueva formación: el Partido Whig .
Nace el actual Partido Republicano
Tampoco los «whigs» duraron mucho más que un par de décadas. El 28 de febrero de 1854, un grupo de whigs y democrátas antiesclavistas, junto con miembros de otra formación de la época, el Partido de la Tierra Libre, se reunieron en Ripon, Wisconsin , para fundar una nueva organización que abogara por la libertad de todos los hombres, sin excepción. Así nació el Partido Republicano, este sí, el que ha llegado hasta nuestros días. Desde entonces, todos los presidentes de Estados Unidos han salido de las filas republicanas o demócratas.
Los republicanos encarnaban el espíritu de los estados más urbanos e industrializados del norte y los demócratas se aferraban a sus feudos meridionales. Esto sólo se invirtió a partir de la llegada al poder en los años 30 de Franklin Delano Roosevelt y su «New Deal» contra el cataclismo económico. Roosevelt se llevó de calle un nuevo voto urbano que se beneficiaba de sus políticas sociales. Obreros, inmigrantes, pobres y, sobre todo, negros de las ciudades del norte se volvieron ahora hacia el líder demócrata, en quien veían a alguien que por primera vez se preocupaba por ellos.
A los republicanos les habían robado su público natural y tuvieron que adaptarse. Aprovecharon el giro de los demócratas para dar cobijo a los desencantados conservadores del sur, que en los 50 auparon al poder a Dwight Eisenhower .
Y así ha seguido siendo hasta esta campaña de 2012 , en la que Barack Obama abandera el apoyo a los desfavorecidos y Mitt Romney el liberalismo a ultranza. Afortunadamente, la cuestión racial ha quedado al margen.
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