Los conservadores alemanes no logran designar candidato en el plazo fijado

Ni siquiera abandonaron anoche el edificio juntos. El presidente del partido y también presidente regional de Renania Norte- Westfalia, Armin Laschet, salió por el aparcamiento subterráneo y sin hacer declaraciones a los periodistas que montaban guardia para informar sobre la que se ha convertido en clave política de primer orden , no solo para Alemania, sino para toda la UE. El presidente de Baviera, Markus Söder, que había llegado a Berlín en un jet privado a última hora de la tarde , emprendió rumbo de nuevo al aeropuerto igualmente sin dar cuentas de la negociación, a la que asistieron también durante uno de los tramos el líderes del grupo parlamentario Alexander Dobrindt y Ralph Brinkhaus, así como el secretario general de la CDU Paul Ziemiak y el secretario general de la CSU Markus Blume. Lo único que queda claro a estas alturas es que los dos siguen aferrándose a sus aspiraciones a la candidatura.

Según ha trascendido desde la Casa Konrad Adenauer de Berlín, Laschet sigue contando con el apoyo «unánime» del presidium y la junta federal de la CDU. Wolfgang Schäuble, presidente del Bundestag y figura muy respetada en el partido, ha reconocido abiertamente: «Estoy a favor del Sr. Laschet». También se han pronunciado a favor de Laschet la ministra de Agricultura Julia Klöckner y los presidentes regionales de Hesse, Volker Bouffier, Sajonia-Anhalt, Reiner Haseloff, y el líder de la CDU de Turingia, Christian Hirte. Pero sin hacer declaraciones públicas, muchos otros miembros destacados de la CDU reconcen su preferencia por Söder, que pertenece en puridad a otro partido, la Unión Socialcristiana (CSU), el partido hermano de Baviera, pero al que las encuestas avanzan un resultado bastante más lustroso. El jefe de la CDU de Baja Sajonia, Bernd Althusmann , invitó a una reunión el domingo a destacados miembros de la formación para «hacerse una idea informal del estado de ánimo» en la que «una gran mayoría de los participantes se pronunció a favor de Markus Söder como candidato a canciller », especialmente los presidentes de distrito.

Según una reciente encuesta publicada por la televisión pública alemana ARD, el 44% de los alemanes considera a Markus Söder como el mejor candidato para conducir a los conservadores a la victoria electoral, frente al 15% que prefiere a Armin Laschet. «Los dos siguen acantonados en su posición», reconocen fuentes del partido, «y Söder se niega a ceder, reforzado por la pronunciación de las juventudes conservadoras alemanas y varios diputados de la CDU, que han hecho pública su preferencia».

Si en las próximas 24 horas no se ponen de acuerdo entre ellos dos, la decisión podría recaer en los diputados conservadores , un recurso que hasta ahora nunca hizo falta en toda la historia del partido. El grupo parlamentario lleva semanas reivindicando una votación al respecto y la directiva de la CDU ha evitado ese procedimiento, a sabiendas de que Söder tiene entre los diputados bastante más partidarios que entre el aparato de la formación política.

La CDU y la CSU siempre habían sido capaces de consensuar un candidato sin mayores enfrentamientos, pero después de los 16 años de la era Merkel se han movido ciertas demarcaciones de ambición que sitúan ahora a las dos formaciones hermanas al borde de la ruptura. El hecho de que se presenten conjuntamente a las elecciones es tácito , no está escrito en ningún estatuto, y si los dos aspirantes a candidato no son capaces de llegar a un acuerdo, estos dos partidos hermanos corren ahora el riesgo de llegar a la ruptura. El eurodiputado Dennis Radtke ha sugerido este fin de semana en público que «si Söder quiere imponer su candidatura a la Cancillería, si quiere destruir la CDU, entonces la implantación de la CDU en Baviera debería dejar de ser un tabú». El voto a los conservadores divididos ha descendido ya hasta el 28% en las encuestas y desde las bases crece el clamor por una intervención de Merkel en la cuestión sucesoria, en la que la todavía canciller alemana ha decidido permanecer estrictamente al margen.