Daniel Ortega se queda solo frente al Gobierno de Nicaragua
El presidente del país sostiene que desde que llegó al poder se abrió un nuevo capítulo de la revolución sandinista

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega , sostiene que desde que volvió al poder en el año 2007, se abrió un nuevo capítulo de la revolución sandinista que se inició en la década de los 80. El mandatario gobierna ahora en solitario y sólo comparte el poder con la Primera Dama, Rosario Murillo , que a veces se muestra más beligerante que el propio Presidente de la República. Ortega no gobierna con la Dirección Nacional del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). La dirección colegiada de nueve comandantes nació como una necesidad de mantener la unidad política después de salir de la clandestinidad para asumir el poder tras la caída de Somoza. Las contradicciones políticas entre los comandantes sandinistas comenzaron a hacerse pública después de la derrota electoral que el partido sufrió en 1990. A inicios de esa década la mayoría de diputados del FSLN dieron la espalda a Ortega que organizaba asonadas y mantenía bajo constantes asedios al gobierno de Violeta B. de Chamorro . Una facción del partido propugnaba por la democratización del FSLN, pero Daniel y un grupo que le apoyaba, acabaron con la disidencia dentro de las filas sandinistas y se hizo con el control total para luego retornar al poder en el año 2007.
Ortega a la ofensiva
Al revelarse la mayoría de diputados de su propio bando y otros importantes líderes del sandinismo, Ortega apuro el contragolpe y se produjeron expulsiones del partido, o simplemente algunos disidentes abandonaron las filas partidarias en las que habían militados por décadas. A inicios del año 2002 era evidente que Ortega había aplacado la rebelión y a pesar de sufrir dos derrotas electorales consecutivas se mantuvo como candidato presidencial vitalicio del FSLN, cerrando las posibilidades a otros destacados sandinistas que aspiraban a la presidencia de la República.
Víctor Hugo Tinoco , del disidente Movimiento de Renovación Sandinista y vicecanciller durante la revolución, considera que «mientras Daniel Ortega esté al frente de este partido, no hay ninguna posibilidad de práctica democrática interna, y tampoco, nunca el Frente va a poder ser una fuerza política que proponga la vida democrática como norma de vida y de convivencia para el país». Mientras, Henry Ruiz , uno de los nueve comandantes del desaparecido directorio sandinista, acusa al presidente de estar construyendo un imperio económico, que es controlado por su familia. Ruiz añade que el sistema de gobierno que está construyendo el mandatario pareciera la continuación del régimen de Somoza que derrocó la revolución. El comandante Víctor Tirado López , otro miembro de la dirección sandinista, explica que el gobierno de Ortega «es la continuación del régimen anterior (el de Anastasio Somoza) que se había roto en el 79» porque está actuando con «las mismas normas y reglas del pasado, lo que pasa es que las perfecciona y va más allá» que Somoza. Por su pate, el laureado escritor, Sergio Ramírez Mercado , que no perteneció a la Dirección Nacional de los nueve comandantes, pero que jugó un papel destacado como vicepresidente de la República durante la revolución es otro acérrimo critico de Ortega. «Ahora lo que se trata de inventar es un partido confesional, una iglesia política, que toma prestados, sin ningún permiso, los símbolos y los rituales de la iglesia, con un pasado católico, inventado también, que nunca tuvo», escribiò Ramírez Mercado.
Otros comandantes de la dirección nacional como Jaime Wheelock y Luís Carrión prácticamente se han retirado de la actividad política. Wheelock, quien manejó la reforma agraria durante la revolución, recibió críticas, del recién fallecido, comandante Tomas Borge Martínez , por apartarse de la política para ir a estudiar a la universidad estadounidense de Harvard. De la vieja dirección nacional han fallecido por muerte natural Carlos Núñez, Tomas Borge Martìnez. En la actualidad sólo trabajan para el gobierno de Ortega el Comandante Bayardo Arce Castaño , de quien se dice tiene puntos de vistas encontrados con Ortega y la Primera Dama, pero que al igual que Tomás Borge, antes de morir, prefirió guardarlos para no enfrentar a la poderosa familia presidencial que ha mostrado gran habilidad para rendir a sus adversarios. El general en retiro Humberto Ortega, también mantiene contradicciones con su hermano Daniel Ortega. Durante el año 2001 se conocieron las primeras desavenencias, cuando el general declaró que no creía que su hermano ganaría las elecciones previstas para ese año. Los pronósticos del militar retirado se cumplieron, su hermano Daniel fue derrotado por tercera vez consecutiva. Pero Daniel Ortega ahora está nuevamente en el Poder, y lejos de preocuparse por no gozar del respaldo de la mayoría de los comandantes de la revolución, parece sentirse más cómodo gobernando tan sólo en estrecha relación con la Primera Dama, Rosario Murillo.
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