Biografía: «Il Cavaliere» que dividió Italia

Berlusconi es un «hombre que se ha hecho a sí mismo», como su madre, la señora Rosa, acostumbraba a recordar a los medios, rechazando así las críticas que le llovían a su hijo.

Silvio es el primogénito de una familia burguesa de Milán. Su padre, Luigi, era empleado en un banco; su madre, secretaria del grupo Pirelli. Ambos instaron a su hijo a que estudiara Derecho, y lo hizo, con buenos resultados. Antes de pasar a la carrera política, en los años 90, fundó un imperio de la comunicación que hoy en día sigue en pie viento en popa, gracias a la gestión de sus vástagos: María Elvira, más conocida como Marina, que es presidenta de Fininvest y del grupo editorial Arnaldo Mondadori, y Pier Silvio, vicepresidente de Mediaset. Los dos son fruto de su matrimonio con Carla Elvira Lucia Dall'Oglio, de quien se divorció tras veinte años de matrimonio, para casarse en 1985 con la discreta actriz Miriam Bartolini, más conocida como Veronica Lario, madre de sus otros tres hijos: Barbara, Eleonora y Luigi. La primera, nacida antes del divorcio de su padre de su anterior mujer, es la más crítica de los hijos del «Cavaliere».

Además del imperio de comunicación y del equipo de fútbol de Milán, Berlusconi es un gran empresario de la construcción , oficio con el que amasó su fortuna construyendo barrios residenciales como Milano2 y Milano3. Barrios novedosos para la época, estamos a finales de los 70, ya que en su interior se encontraban todas las comodidades: tiendas, centros comerciales, centro de salud, etc.

«Il Cavaliere» es una persona que sin duda sabe convencer, y lo hace con su verborrea televisiva en marcos fantásticos, como su villa de Cerdeña o la de Arcore, en Milán, en cuyo interior está el mausoleo familiar que Berlusconi se ha hecho construir en mármol. El autor es el afamado escultor Pietro Cascella, quien no esconde el orgullo de su obra cuando los medios le preguntan, y tampoco el propio Berlusconi, quien en una visita de Gorbachov, cuando era presidente del Consejo, no dudó en enseñarle la morada eterna que se había construido, con algo de cripta y de simbología esotérica.