La CDU busca por tercera vez candidato para suceder a Merkel
El exministro Röttgen es el que tiene más apoyo, pero otros más jóvenes lanzan también su candidatura
Rosalía Sánchez
La derrota electoral ha devuelto por tercera vez a la Unión Cristianodemócrata alemana (CDU) a la casilla de salida de la sucesión de Merkel . Bastó un gesto protocolario del todavía presidente, Armin Laschet para que el partido en tromba lo dé por ... decapitado y comiencen a surgir nombres de candidatos. El presidente regional de Brandeburgo, Michael Stübgen, ha pedido una revisión integral del fracaso en las urnas antes de repartir de nuevo las cartas, y esperar a que se desarrolle el concepto de proceso de sucesión que Laschet pretende todavía moderar. «El realineamiento del partido federal no dejará de tener consecuencias personales, pero no son una panacea en sí mismos», ha reclamado a la dirección, «los votantes nos han dado una señal clara de que ahora tenemos que cuestionarnos a nosotros mismos desde los fundamentos». Pero entre la generación cristianodemócrata que lleva toda una vida política a la sombra de Merkel hay casi prisa por dar salida a expectativas personales.
Norbert Röttgen, ministro de Exteriores hasta que se postuló y perdió las elecciones regionales de Renania del Norte- Westfalia en 2012, siendo despedido por Merkel del gabinete pocos días después del resultado y relegado a la Comisión de Exteriores del Bundestag, pide que esta vez el presidente de la CDU sea elegido en unas primarias. «Ahora las bases tienen que dar su opinión rápidamente», reivindica, «basta ya de dirigir la reorganización desde arriba». Röttgen, que podría contar con el apoyo de varios barones clave, reconoce abiertamente que le gustaría presidir la CDU. También pide un cambio de formato Friedrich Merz , que ya ha sido en dos ocasiones anteriores rechazado por congresos del partido como presidente y que no descarta volver a presentarse «pero de ningún modo en ese mismo tipo de proceso».
Merz cuenta con el apoyo del mundo de las finanzas alemanas y de las bases, que en contra de las estructuras del partido lo hubiesen preferido con mucha diferencia como candidato en las pasadas elecciones. En la batalla que ha dado Ralph Brinkhaus para hacerse con la jefatura del nuevo y disminuido grupo parlamentario se adivinan ambiciones presidenciales y además está, por supuesto, Jens Spahn, que como ministro de Sanidad ha gestionado la pandemia, quizá con demasiada mano dura pero con bastante solvencia, y que en su día renunció a su candidatura a presidir la CDU para dejar paso al ansioso Armin Laschet. «Tú todavía eres joven, tienes toda la vida por delante para intentarlo», le dijo Laschet el pasado mes de enero.
Relevo generacional
Spahn cuenta con experiencia de gobierno y juventud, aunque puestos a dar prioridad al relevo generacional, el nombre que más se repite en los pasillos de la Casa Konrad Adenaue r de Berlín es el de Carsten Linnemann. Tiene 44 años, procede de la cantera de las juventudes renanas y hasta ahora había hecho campaña por Merz, pero considera llegado el momento de lanzarse. Le gusta jugar al skat en el bar de su pueblo, sale a correr para aclarar la mente y su modelo político es Ludwig Erhard. Como diputado ha sacado adelante el preescolar obligatorio para los niños que no hablan alemán materno. Discreto, riguroso economista,con experiencia laboral en la banca, experto en pensiones y abiertamente crítico con el «Islam político», es considerado un liberal y lidera la asociación de pymes cristianodemócratas (MIT), con 25.000 miembros. Ha sido precisamente desde esta asociación desde donde han partido las más aceradas críticas a Laschet desde el recuento de votos. Su vicepresidenta, Jana Schimke, descartó desde el primero minuto que el fallido candidato estuviese legitimado para negociar y mucho menos encabezar una «coalición Jamaica» con liberales y verdes con la que, aritméticamente posible, Laschet fantaseaba todavía con llegar a la Cancillería.
La actual vicepresidenta del partido, Julia Klöckner, pide calma e insiste en que las decisiones de personal se tomen solo después de que se haya renovado el contenido. «No debemos cometer el error de pensar que con una nueva cara en la cima se resuelven todos los problemas», ha compartido en Twitter. Para la renovación programática se necesita, en su opinión, «una forma inteligente que integre el grupo parlamentario, el ala más a la derecha del partido, los grupos de trabajo y las bases, y eso antes de que se tomen las decisiones sobre los cargos». Pero otras muchas voces quieren decisiones rápidas. El presidente del ala obrera de la CDU, Karl-Josef Laumann, por ejemplo, presiona para que se produzca cuanto antes una renovación de la cúpula del partido para evitar lo que en la sede de Berlín se denomina el «efecto en cadena». «Con miras a las próximas elecciones regionales de la próxima primavera, incluidas las de Renania del Norte-Westfalia, soy de la opinión de que deberíamos seguir adelante con la realineación del personal muy rápidamente. De hecho deberíamos concluir ese proceso antes de final de año». En su opinión, una consulta a las bases, «no creo quesea beneficiosa». Ante tan extenso catálogo de opiniones, “es un deseo piadoso el poder encontrar alguna figura de consenso”, ironiza el diputado Philipp Amthor, que hasta la última elección apoyó a Merz y ahora opina que «deberíamos acordar primero el procedimiento, luego la persona».
Las encuestas señalan a Norbert Röttgen como el candidato con mayor apobración. Según un sondeo del Instituto Kantar, el 32% de los encuestados creen que es el más adecuado para este puesto. Sin embargo, entre los votantes de la CDU / CSU, Friedrich Merz está por delante. Otro de los favoritos sería el presidente regional de Sajonia, Michael Kretschmer, seguido por Jens Spahn, el presidente regional de Schleswig-Holstein, Daniel Günther, y la líder adjunta del partido, Silvia Breher. Pero cabe notar que este sondeo no preguntaba por caras nuevas como la de Linnemann.
Y como figura clave en la pugna para suceder, finalmente, a Merkel, aparece Markus Söder, que ni siquiera pertenece al partido. Söder, presidente regional de Baviera, es el líder de la Unión Socialcristiana, el partido hermano bávaro de la CDU, y le hubiera gustado ser candidato electoral conjunto en lugar de Laschet, que, por cierto, atribuye a sus constantes críticas y puñaladas dialécticas buena parte del fracaso electoral. «No hay mucho que analizar, lo que ha pasado es que los votantes querían a un candidato diferente al que hemos presentado», ha declarado este fin de semana, además de «acentos sustantivos de renovación», entre los que cita la demanda de desgravación fiscal para la clase media, los emprendedores y los altos rendimientos. «Sólo la insinuación de que nada va cambiar no es motivación suficiente». Söder obtendría apoyo como candidato conjunto, pero no puede ser elegido presidente, por lo que asistirá a este proceso desde fuera, aunque seguramente metiendo baza y barriendo para casa, como ha venido haciendo hasta ahora.
Más que un presidente, a la CDU le hace falta un buen equipo directivo y un posicionamiento sin contradicciones en cuestiones clave de la actualidad, según André Brodocz, profesor de Teoría Política de la Universidad de Erfurt, «integrar sin incongruencias suficientes intereses plurales como para volver a ser un Volkspartei».
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete