Bolsonaro fulmina a su ministro de Salud por discrepar de su respuesta al coronavirus

En su lugar, Bolsonaro anunció al oncólogo Nelson Teich, como el sustituto del nombre más popular de su Gobierno, y bajo un ensordecedor cacerolazo en las principales ciudades brasileñas. La decisión pone fin a una serie de enfrentamientos entre el presidente y el ministro que ganó respeto nacional, por imponer su visión, la misma recomendada por científicos y los principales órganos de salud internacionales.

«No puedo entregar lo que él me pide », explicó Mandetta a la analista política del diario O Estado de São Paulo, Eliane Catanhede, al dejar el ministerio en su coche. «Vendrá una dinámica social totalmente nueva, que cambia todo», diagnosticó el ortopedista, deseándole suerte a su sucesor. «Que Dios nos ayude a todos», concluyó el político, que pasó a ser voceado en los medios como un nuevo nombre en futuras elecciones, inclusive frente a Bolsonaro, lo que explicaría los celos presidenciales

Teich, por su parte, es un médico e investigador respetado por sus colegas, pero sin experiencia política ni en el sistema público de salud brasileño, dos de las principales cualidades de su antecesor. En su primer discurso público, el oncólogo prometió que no habrá conflicto entre la Salud y la Economía y que la base de su trabajo será la ciencia. El nuevo ministro, aseguró también que no hará cambios bruscos ni radicales en las orientaciones del distanciamiento social, una de las principales preocupaciones sobre el cambio de comando, en un discurso que fue bien recibido.

En su currículum, sin embargo, existe una polémica ética. Teich, que formó parte del programa de Gobierno de Bolsonaro para la Salud, ya declaró que si tuviera que elegir entre una anciana y un adolescente, no lo pensaría dos veces , un asunto que los medios levantaron este viernes, al presentar la historia del nuevo gestor brasileño contra la pandemia.

Brasil es el país latinoamericano con más casos confirmados del nuevo coronavirus, llegando casi a los 30.000 el jueves, al borde de las 2.000 muertes, con tendencia de aumento, cuando el virus aún no llegó a las regiones más alejadas de un gigante con más de 200 millones de habitantes.

La situación entre el ortopedista, Mandetta, y Bolsonaro se agravó el domingo, cuando el ministro dijo en entrevista a la cadena de TV Globo, que el Gobierno tenía que «unificar el discurso» por el aislamiento y el distanciamiento social, pues los brasileños no sabían si obedecían al ministro o al presidente.

En clara oposición, Bolsonaro ha estimulado a los brasileños a salir a las calles , provocado aglomeraciones atrás de él en visitas que hace al comercio, donde saluda y conversa con sus correligionarios. El mandatario, además, ha defendido el uso de cloroquina como antídoto al virus, una posición criticada por médicos, entre ellos Mandetta, por la falta de estudios que comprueben su eficiencia.

La realidad confirmará si Teich actuará como médico , o obedecerá las orientaciones del mandatario brasileño, que en las decisiones sobre el COVID-19, le pisa los talones al norteamericano Donald Trump.