Redouane Lakdim, delincuente habitual, era investigado por su radicalización islamista

Figuraba en el Fichero para la prevención en la radicalización de terroristas (Fprct) desde el año 2013. Y los servicios de seguridad habían detectado su participación «muy activa» en páginas web salafistas, radicales, islamistas, desde hace años.

Gérard Collomb, ministro del Interior, lo calificó de «pequeño traficante de drogas» que habría actuado en solitario. A la espera de futuras revelaciones sobre el asesino, su primer retrato robot es muy semejante al de otros «lobos» o «locos solitarios» , errantes día y noche por los suburbios de París y las grandes ciudades de Francia.

Nacido en el seno de una familia inmigrante marroquí , mal escolarizado, es un francés de nuevo cuño que hablaba un francés rudimentario, pero que tampoco dominaba mejor el árabe. Tras abandonar la escuela antes de cumplir los veinte años, se inició en la delincuencia común con los «colegas» de su barrio. Descubrió la «religión» en internet y se radicalizó en la cárcel. Por los suburbios de las grandes ciudades abundan hasta la nausea las pintadas y «rastros» (incendios, edificios saqueados, ventanas apedreadas) de las actividades de una delincuencia común y juvenil, de imprecisa frontera con el radicalismo religioso. De ahí la complejidad del seguimiento policial de personajes como Redouane Lakdim.