Argentina tiene el déficit primario más alto de los últimos 40 años y llega al 7,1% del PIB

El ministro de Hacienda y Finanzas Públicas no ha dudado en desvincular a la actual corporación de Gobierno argentina de la situación que, según su criterio, proviene de la etapa en la que Cristina Fernández de Kirchner estaba al frente de la nación.

«El cierre del año fiscal parecía un cierre donde el Gobierno había tenido mucha disciplina por el lado del gasto, pero era una disciplina falsa », especificó el miércoles Prat-Gay en unas declaraciones recogidas por el portal financiero de Yahoo.

En una extensa intervención, el ministro ha hecho un desglose de la herencia recibida por el Gobierno del presidente Macri tras ocho años de la gestión de Fernández de Kirchner , a quien responsabilizó de manipular las estadísticas oficiales de la macroeconomía.

«Lo que (las autoridades salientes) nos dijeron que era un déficit primario de 2,3% del PIB (en 2015), resulta que fue 5,8%» , ha señalado el funcionario. En este sentido, la diferencia entre este 5,8% y el 7,1% que el Gobierno ha admitido resulta de añadir los últimos compromisos adquiridos por el anterior Ejecutivo.

Prat-Gay prevé bajar el déficit en un punto porcentual en 2016 y señala que ya empezó a recortar el gasto público. Asimismo, ha añadido que eliminará subsidios en servicios públicos al 30% o 40% más rico de la población que recibe ese beneficio.

A su vez, ha calculado que en 2015 la inflación promedio rondó el 28%, y ha asegurado que la meta del Gobierno es que la variación de precios sea del 20% al 25% en 2016 , para caer de forma escalonada hasta un 5% en 2019.

«En el tema fiscal e inflacionario vamos a ser cuidadosos pero tendremos mano dura», ha agregado Prat-Gay, quien destacó que espera una inflación inferior al 1% mensual a partir del segundo semestre del año.

Macri asumió el cargo en diciembre con la promesa de liberar la economía para reactivarla , tras años de estancamiento por alta inflación y falta de acceso al crédito internacional debido a una disputa judicial de más de una década con tenedores de bonos impagos que rechazaron reestructurar su deuda en dos ocasiones.