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Alepo antes de las bombas

Poco queda hoy de la ciudad antigua y milenaria, que se abría al turismo en vísperas del estallido de la guerra civil

Susana Gaviña

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«Si el nivel de destrucción continúa, si no hay un gran cambio, Alepo, o al menos la parte oriental, quedará totalmente destruida en dos meses o dos meses y medio ». Así de categórico se mostró esta semana Staffan de Mistura, enviado especial ... de la ONU a Siria. Era su llamamiento desesperado, uno más, para que acabaran los ataques contra la ciudad y la población civil por parte del Ejército sirio -y de los aviones rusos-. También el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, ante las continuas bajas de civiles ha pedidio que se abra una investigación por «crímenes de guerra» contra Siria y Rusia. Mientras se producen estos gestos grandilocuentes, la triste realidad es que Alepo, una ciudad sitiada desde hace meses, se desangra. Y si no se reconduce la situación, en Navidad la cifra de muertos aumentará en miles de personas, mayoritariamente civiles, y la desaparición de gran parte de la ciudad milenaria será un hecho.

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