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A cuatro meses de la muerte de Nisman, aún no se sabe si se suicidó o lo mataron

La investigación sobre el fiscal argentino que había denunciado a Cristina Kirchner sigue sin arrojar certezas sobre el caso

A cuatro meses de la muerte de Nisman, aún no se sabe si se suicidó o lo mataron

f. f. barrio

A cuatro meses de la muerte del fiscal argentino Alberto Nisman, ninguna voz oficial está aún en condiciones de dilucidar si se suicidó o fue asesinado. Hoy se cumplen exactamente 120 días desde aquel 18 de enero en el que Nisman fue hallado muerto de un disparo en la cabeza en su piso en Buenos Aires, pocos días después de haber imputado a la presidenta Cristina Kirchner por un supuesto «plan criminal» para encubrir a políticos iraníes acusados por el atentado terrorista contra la mutual judía AMIA en 1994, en el que murieron 85 ciudadanos argentinos.

Cinco días antes de morir, Nisman había denunciado a Kirchner y otros funcionarios de su Gobierno por una presunta negociación espuria con emisarios de Teherán para desviar lainvestigación judicial sobre el ataque a la AMIA, en la que destacados funcionarios y ex funcionarios iraníes fueron imputados como supuestos autores intelectuales. Según la tesis de Nisman, la Presidenta argentina les habría ofrecido impunidad a cambio de negocios comerciales bilaterales, mediante los cuales Irán y Argentina intercambiarían petróleo por granos.

Sin embargo, la acusación del fiscal resultó posteriormente desechada en distintas instancias judiciales, ya que los magistrados consideraron que la denuncia no aportaba pruebas suficientes para sostener una acusación tan grave. El Gobierno argentino sostiene que la imputación de Kirchner fue parte de una «operación» política de un sector de los servicios de inteligencia que, según su versión, habría utilizado a Nisman como instrumento para perjudicar al oficialismo.

Sea como sea, Nisman apareció muerto de un disparo en la cabeza un día antes de la fecha en que debía detallar su acusación ante el Parlamento. Desde entonces, los actores políticos involucrados en el caso –el Gobierno, la oposición, la fiscal que lleva la causa, la exesposa de Nisman, los peritos oficiales y los de la querella, el dueño del arma homicida– han ensayado versiones para todos los gustos sobre su muerte y han interpretado de diversas formas la evidencia recogida.

La investigación dio origen a una verdadera «guerra» de peritos entre el cuerpo forense oficial, que trabaja para la fiscalía de la doctora Viviana Fein, y los forenses contratados por la querella, encabezada por la jueza Sandra Arroyo Salgado, exmujer de Nisman. Mientras que los primeros apuntaron desde un primer momento a la hipótesis del suicidio, Arroyo y sus peritos creen que el fiscal fue asesinado . La exesposa también ha sugerido que el autor material del supuesto crimen podría ser el experto informático Diego Lagomarsino, exasesor de Nisman, dueño del arma homicida y última persona que lo vio con vida.

Las opiniones opuestas entre ambos equipos de forenses se basan en distintos elementos hallados en la escena del crimen. Cada semana aparecen nuevas evidencias que fortalecen una u otra hipótesis. Para dirimir las diferencias, la fiscal que lleva la causa convocó a una junta médica integrada por ambas partes y por especialistas independientes. Se espera que la junta dé su veredicto mañana.

Sin embargo, el cónclave médico no dirá en forma terminante si Nisman se suicidó o fue asesinado. Según el diario argentino «Página/12», los forenses sí darán veredicto sobre un punto clave: la data de la muerte. La gran mayoría de los peritos sostiene que Nisman murió el domingo 18 de enero a la mañana o al mediodía, en contraposición con lo que sostienen los peritos de Arroyo Salgado que afirman que la muerte fue el sábado, cuando allí estaba Lagomarsino en el piso. Arroyo sostiene que el informático fue parte del supuesto asesinato y la conclusión de la mayoría de la junta médica dejaría su hipótesis en mala posición.

Mientras tanto, las pesquisas de la fiscal Fein se centran por estos días en una cuenta en el exterior que Nisman poseía junto a su madre y a Lagomarsino . El informático ha revelado que, cuando trabajaba para el fiscal, éste lo obligaba a cederle una parte de su sueldo. Los presuntos manejos turbios financieros por parte de Nisman han llamado la atención de la fiscalía. Por su parte, el Gobierno de Kirchner insiste en vincular con la muerte de Nisman al exagente Jaime Stiuso, quien fue durante décadas el hombre fuerte de los servicios de inteligencia argentinos.

Lo cierto es que, a cuatro meses de la muerte de Nisman, nadie es capaz de decir aún cómo terminó su vida.

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