El gran misterio de la Segunda Guerra Mundial: ¿quién fue el responsable último de los asesinatos masivos?
Álvaro Lozano, historiador y autor de varios ensayos sobre la Segunda Guerra Mundial, profundiza en el Holocausto y el negacionismo en ABC
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Iniciar sesiónMarzo de 1933 fue una fecha maldita para la Segunda Guerra Mundial en particular y para la historia en general. A principios de mes, el 9, el desquiciado Heinrich Himmler fue nombrado jefe provisional de la policía de Múnich ; un ... cargo que le permitió, poco después, dar rienda suelta a su locura criminal y a su idea. Apenas unas semanas más tarde, el 22, se abrieron las puertas del averno con la inauguración de Dachau , el primer campo de concentración de envergadura alzado por el régimen nazi. Por desgracia, el resto es historia. Tras doce años, tal y como recuerda a ABC el historiador Álvaro Lozano (autor de una infinidad de obras sobre la contienda como «La Alemania nazi» o «Anatomía del Tercer Reich» ), el resultado fue el asesinato de más seis millones de personas. Las preguntas que quedan por responder, con todo, siguen siendo muchas: ¿quién fue el culpable original?, ¿sabían los jerarcas nazis de la barbarie?...
¿Qué significó para los Aliados conocer las barbaridades perpetradas durante el Holocausto?
Para los Aliados el descubrimiento supuso la confirmación de que los líderes nazis encarnaban la negación de todo lo que es digno y bueno en el ser humano. Sus seguidores se rebajaron y se deshonraron para siempre. Winston Churchill se dio perfectamente cuenta, desde el inicio de la guerra, de que no debía pactar nunca con aquel régimen inmoral.
¿Sabían los Aliados la existencia de las cámaras de gas?
A pesar de la sorpresa de los soldados sobre el terreno, hoy sabemos que los aliados tuvieron conocimiento detallado del campo de concentración de Auschwitz gracias a la información proporcionada por judíos que se habían escapado del campo en 1944.
¿Quiénes fueron?
En abril de 1944 dos judíos eslovacos, Rudolf Vrba y Alfred Wetzler se escaparon del campo de exterminio y consiguieron llegar a Eslovaquia, donde redactaron un informe de lo que sucedía en Auschwitz incluyendo detalles sobre el funcionamiento del lugar, el número de judíos que ya habían sido asesinados y los planes nazis para deportar y exterminar a 800.000 judíos húngaros y 3.000 judíos checos que habían sido transferidos allí seis meses antes.
El informe, denominado “los protocolos de Auschwitz” (también conocido como “Informe Vrba-Wetzler”) llegó al Departamento de Estado norteamericano en junio de 1944. A pesar de los reiterados intentos por conseguir que se bombardeasen las líneas férreas que llevaban a Auschwitz, estos fueron rechazados señalando que era una dispersión de recursos militares que eran muy necesarios en ese momento debido al desembarco aliado en Normandía.
¿Finalmente no se bombardearon?
En agosto de ese año la fuerza aérea norteamericana finalmente bombardeó el complejo industrial de I. G. Farben en Monowitz que se encontraba a corta distancia del campo de Birkenau. Durante el bombardeo los aviones pudieron fotografiar claramente las instalaciones crematorias de Auschwitz-Birkenau. La posibilidad de que un bombardeo aliado de las cámaras de gas y de los hornos crematorios de esos campos hubiese conllevado el fin efectivo de su capacidad asesina es una cuestión que ha originado un gran debate sin una respuesta definitiva.
¿Hasta qué punto era Hitler el máximo responsable del Holocausto?
El tema de la responsabilidad en el Holocausto es muy complejo y no admite una respuesta unívoca. Existe una división entre la responsabilidad directa de Hitler, sus colaboradores y aliados, y la indirecta que apunta a que los países aliados y los neutrales pudieron hacer más para rescatar a judíos y otras víctimas del Holocausto.
Los historiadores han buscado en vano algún motivo serio en los primeros años de la vida de Hitler para explicar su antisemitismo. En realidad, permanecemos en la oscuridad respecto a ese tema. No se conocen las causas del odio patológico de Hitler hacia un pueblo que no le había hecho ningún mal ni a él ni a su familia. En lo que respecta a su odio a los judíos, Hitler logró zafarse del mundo.
¿Cómo definía Hitler a los judíos?
Los judíos representaban un problema para la teoría de Hitler. Los identificaba como una raza, no como una comunidad religiosa. De acuerdo con ese planteamiento, su condición racial les tenía que haber impulsado a luchar por territorios a lo largo de la historia. Sin embargo, los judíos hacía siglos que no controlaban territorios propios. Consideraba que, si un organismo no podía sobrevivir por sí solo, debía lograr sobrevivir viviendo de otro. Por ello, concluía Hitler, “la existencia de los judíos se convierte en parasitaria”. Es probable también que Hitler en realidad no odiara a los judíos, que tan sólo fuera un elemento más de su política personal para canalizar las frustraciones y el odio de la sociedad alemana. En Mein Kampf señalaría que a la masa es preciso mostrarle un solo enemigo, porque el conocimiento de varios sólo despierta la duda. Es muy posible que nunca conozcamos los motivos.
¿Era conocida la Solución Final?
A pesar de su violenta retórica propagandística, Hitler nunca habló en términos concretos sobre la “Solución Final” ni siquiera con su círculo más íntimo. Eso ha provocado un intenso debate sobre su papel en ella. Hitler era más de autorización que de dirección, pero, en cualquier caso, era decisivo e indispensable. La “intención” de Hitler fue un factor fundamental en el proceso que llevó al Holocausto. Sin embargo, fue la naturaleza del “poder carismático” la que resulta clave para comprender la radicalización progresiva del régimen alrededor de objetivos raciales mientras se fragmentaba la estructura de gobierno. Este era el marco en el cual las ideas raciales de Hitler podían convertirse en decisiones políticas concretas.
¿Podemos afirmar que no hubiera habido Holocausto sin Hitler? La forma más sencilla que tuvieron los alemanes para eludir la responsabilidad después de 1945 fue culpar de todo a Hitler, que se convirtió así en el hombre diana. Para que se produjese una escalada hasta el Holocausto era necesario el ímpetu de Hitler, un ímpetu con raíces muy profundas.
¿Cree que Hitler se planteó, desde su subido al poder, el exterminio del pueblo judío?
Las actuaciones de Hitler hasta 1941 no indican que tuviese como objetivo la eliminación de los judíos europeos. Si estaba convencido de ello, ¿por qué apoyó la política de animar a los judíos a emigrar? Si estaba esperando la oportunidad para aniquilar a los judíos ¿por qué hubo un periodo de 30 meses de tregua para los judíos polacos? Hasta 1941, los principales líderes nazis involucrados en la cuestión nazi (Himmler, Heydrich, Frank y Goering) declararon que la política de emigración obligatoria era la única solución posible para solucionar la cuestión judía y actuaron de acuerdo con esa premisa. La idea de “reservas” judías, en Madagascar o en el Este, fue tomada en serio por las autoridades nazis. No existe ninguna prueba que indique que tales medidas eran tan sólo una pantalla para ocultar las verdaderas intenciones del régimen.
Sin embargo, el odio de Hitler hacia los judíos, el potencial para “una guerra de destrucción racial”, estaba siempre presente. La invasión de Rusia proporcionó a Hitler la oportunidad y la justificación para solucionar el problema judío para siempre. La conexión de la Operación Barbarroja con el Holocausto no fue tan sólo circunstancial. Hoy se puede afirmar que el Holocausto se inició en el frente oriental. Dada la naturaleza apocalíptica del conflicto, para Hitler tenía sentido exterminar a los judíos rusos y posteriormente, a los europeos. El debate sobre si las decisiones sobre el Holocausto fueron la consecuencia de la euforia o, por el contrario, del miedo a la derrota, seguirá existiendo. Dada la naturaleza y las carencias de las fuentes, y el secretismo y el camuflaje utilizado por los líderes nazis, incluso entre ellos, es posible que la respuesta a esas cuestiones fundamentales quede para siempre en el terreno de las probabilidades.
¿Qué le diría a los negacionistas?
Los negadores del Holocausto afirman que, desde la Segunda Guerra Mundial, existe una especie de campo de fuerza dogmático en torno al Holocausto (creado por los mismos judíos) que impide cualquier cambio en su estudio. La realidad, sin embargo, es bien distinta. Existen innumerables debates sobre un gran número de aspectos del Holocausto. Y la investigación continúa. Por poner tan sólo un ejemplo, a menudo citan el caso de Franciszek Piper, jefe del Departamento de Estudios del Holocausto en el Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau, que rebajó el número de fallecidos en ese campo de cuatro millones, a poco más de un millón. Los negacionistas consideran que esto es la prueba palmaria de sus tesis. Sin embargo, no citan que el número de asesinatos ha sido revisado al alza, por ejemplo, el número de judíos asesinados por los Einsatzgruppen en Rusia. El resultado final, unos seis millones de judíos, no ha sido modificado.
¿Qué opina de la existencia del negacionismo?
A la vista de la copiosa documentación y las terribles imágenes, resulta llamativo que todavía existan pseudohistoriadores que afirmen que el Holocausto fue una gran mentira judía. Y, sin embargo, no han faltado personas que, o bien niegan su existencia, o relativizan su importancia en cuanto al número de personas que fallecieron en el mismo. Otros autores consideran que el Holocausto tiene que comparase con las atrocidades aliadas durante la Segunda Guerra Mundial como los devastadores bombardeos de las ciudades alemanas.
¿Cuáles son los argumentos de los negacionistas?
Aunque las posiciones de unos y otros varían de forma sustancial, el denominador común de los negadores del Holocausto se puede resumir en tres puntos. En primer lugar, consideran que la muerte de los judíos en los campos se debió a la enfermedad y el hambre generada, sobre todo, por la destrucción aliada de las líneas de aprovisionamiento alemanas al final de la guerra. Niegan la existencia de un programa de exterminio de alta tecnología (utilizando cámaras de gas y crematorios, entre otros métodos) para el asesinato de seis millones de judíos. Confirman que existió la mano de obra forzosa y los fusilamientos y ahorcamientos, pero que éstos constituían una pequeña fracción de los muertos. Por último, creen que las cámaras de gas eran utilizadas para despiojar la ropa y las mantas y los hornos crematorios para deshacerse de los cuerpos de aquellos que habían fallecido como consecuencia de las enfermedades.
¿Qué cifras barajan?
Las cifras que barajan son entre 300.000 y dos millones de judíos que fueron asesinados en los guetos y los campos de concentración.
¿Cómo demostrarles la verdad?
Estas tesis se pueden refutar señalando que, en primer lugar, las cámaras de gas fueron tan sólo un mecanismo de exterminio en la “Solución Final” y que evolucionaron desde el primer programa de eutanasia dirigido a acabar con los disminuidos físicos y psíquicos en Alemania. En el territorio soviético ocupado, los nazis también asesinaron a más de un millón de judíos… Esas cifras forman tanto parte del Holocausto como las cámaras de gas.
¿Cuántos judíos fallecieron durante el Holocausto?
La cifra de seis millones es una estimación general, pero resulta plausible. La cifra se sustenta en estudios demográficos de población basados en muchos datos: en el número de judíos que se registraron en países de Europa antes de la guerra, en los que emigraron, en los que fueron transportados a los campos, en los que fallecieron por causas naturales, en los asesinados en los campos, en los liberados y en los que sobrevivieron a la guerra. Por último, aunque las intenciones políticas son siempre difíciles de probar, sus resultados no lo son. Las consecuencias de la política nazi contra los judíos fueron los millones de judíos que fallecieron. No existe una forma legítima de negar que sucedió.
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