La vida personal de Silvia Abril: su matrimonio con Andreu Buenafuente, su hija Joana y la extraña enfermedad que padece

Si nos fijamos en ellas, las mujeres que se dedican al humor, una de las más destacadas en la actualidad es Silvia Abril. Con un largo recorrido en este mundo, ha trabajado como actriz, presentadora, humorista, escritora, locutora de radio y colaboradora televisiva, este último espacio en el que más ha trabajado.

Con su vida profesional a toda máquina, Silvia Abril visita el plató de 'El Hormiguero' para charlar con Pablo Motos sobre su nuevo proyecto 'Mamen Mayo', una serie española de ficción para SkyShowtime.

Aunque la comediante catalana es ya muy conocida por sus trabajos y personajes que le lanzaron al estrellato como 'la niña de Shrek', o por ser pareja del presentador y empresario Andreu Buenafuente, a continuación nos adentramos en su lado más personal y privado para saber más de ella.

Silvia Abril lleva décadas siendo una de las personalidades más reconocidas en el mundo del humor y la comedia, saltando a la fama en 2003 gracias a sus diferentes imitaciones y 'sketches' en el programa 'Homo Zapping'. Desarrollando estos personajes y muchas otras facetas como artista y profesional de la comunicación, la catalana ha formado parte de proyectos cinematográficos como 'Torrente', 'Spanish Movie', 'Cuerpo de Élite', 'Bajo el mismo techo' o las diferentes entrgas de 'Padre no hay más que uno'.

En televisión también ha trabajado como actriz en series como 'La que se avecina' o 'Señor, dame paciencia', pero más ha destacado en sus trabajos como presentadora o colaboradora, participando en galas de los Premios Goya, en 'Ahora Caigo', 'Buenafuente', 'Me resbala' 'Si te ríes pierdes', 'Tu cara me suena', 'Masterchef Celebrity' o 'Late Motiv', este ´ultimo programa también a cargo de su marido, Andreu Buenafuente.

Desde que se conocieron en 2006, Silvia Abril y Andreu Buenafuente han estado unidos tanto en lo profesional como en lo personal. Tras diez años de noviazgo, se casaron un verano de 2017 en Barcelona, boda que ofició la alcaldesa Ada Colau. Durante todos los años de relación, ninguno de los dos esconde su amor por el otro y han supuesto ser un gran tándem mediático, tanto por sus dotes para la comedia como por su gran conexión delante y detrás de las cámaras.

Aunque no son partícipes de airear sus intimidades y su vida más privada, en muchas ocasiones también han bromeado sobre algunos de sus asuntos románticos y familiares. Algo más serio para ellos fue su dificultad para ser padres, y tras numerosos intentos y ayuda médica, al final pudieron cumplir su sueño a la edad de 47 años él y 41 ella.

Ocurrió el 28 de noviembre de 2012, momento en el que llegó a este mundo Joana, la primera y única hija que tienen en común Buenafuente y Abril. Ahora tiene 12 años y la definen como una 'niñadolescente', que no se suele dejar ver delante de los focos y cuya intimidad y anonimato es respetado por sus padres.

Además, Silvia Abril contaba en una entrevista para 'XL Semanal' que su niña, de momento, no ha salido a sus padres: «El colmo de dos payasos es que nos haya salido una hija seria», confesaba refiriéndose a que su marido y ella son mucho más cómicos de puertas para adentro. Incluso, reconoce que su hija, ya con solo ocho años, pedía a su madre que «deje de hacer tonterías todo el rato», y actualmente la consideran una chica «valiente, con autoestima y seguridad», recoge 'Vanitatis'.

Aunque la llegada al mundo de su hija fue una de sus grandes alegrías en la vida, el camino hasta conseguir quedar embarazada no fue fácil y, de hecho, en él encontró la enfermedad por la que no conseguía concebir un infante, además de otra complicación de salud ligada a ello.

Después de pasar por diferentes tratamiento y doctores, según recoge 'E-notícies', Abril dio con el psiconeuroinmunólogo Xevi Verdaguer que dio con la clave de la salud de Silvia que le estaba complicando ser madre. Así, el profesional descubrió que los problemas de fertilidad de la actriz estaban ligados a una intolerancia al gluten. Una dieta controlada y adecuada a ella, hizo que, por fin, pudiera quedarse embarazada y ser madre junto a su pareja.

Pero esto no fue lo único que descubrió sobre su salud a raíz de buscar tener un hijo o hija. En este camino, el mismo prefesional detectó en Silvia unas manchas en su cuello que resultaron ser porvitíligo, una condición cutánea que también está ligada a su intolerancia al gluten.

Aunque el vitíligo no es una enfermedad que suponga graves consecuencias para la salud más allá de las manchas más claras que su color de piel, sí presenta un trastorno que solo afecta a un 1% de la población aproximadamente. Esta falta de pigmentación en la piel no produce dolor ni daño físico, pero sí puede causar cierta falta de autoestima o problemas de imagen para quienes padecen vitíligo, cuyas manchas pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo, con distintos tamaños e incluso afectar al pelo, volviéndolo blanco en las zonas donde aparezca.