La tajante reacción de Isabel Pantoja ante el fallecimiento de su expareja, Julián Muñoz

La relación entre Isabel y Julián comenzó en 2003 y se extendió por seis intensos años, en los que ambos compartieron no solo el amor, sino también los peores momentos de sus vidas: los procesos judiciales que los llevaron a prisión. A pesar de los titulares que coparon durante ese tiempo, su historia de amor se desmoronó y quedó marcada por el escándalo, las traiciones y, finalmente, el silencio.

Según fuentes cercanas, la cantante ha sido informada de la muerte de su expareja a través de su hermano Agustín Pantoja, quien se ha convertido en el puente de la cantante con el exterior. Al parecer, su reacción ha sido clara y concisa: «le da igual, no quiere saber nada». Estas palabras, frías y contundentes, reflejan que, para Isabel, el capítulo de Julián Muñoz en su vida está completamente cerrado.

Este distanciamiento no es nuevo. Desde que ambos se vieron involucrados en los procesos judiciales que los llevaron a la cárcel, Isabel decidió romper todo lazo con Julián, evitando hablar de él en público y mostrando un rechazo absoluto a cualquier mención de su nombre. Aunque Julián, en sus últimas entrevistas, seguía recordando con rencor su relación con la tonadillera, ella ha mantenido un silencio impenetrable.

A diferencia de su madre, Isa Pantoja, hija menor de Isabel, sí ha mostrado una postura más conciliadora. «Conmigo se portó muy bien», dijo en 'Vamos a Ver'. Además, recordó con cariño los años que pasó en Marbella junto a su madre y Julián, describiéndolos como momentos felices de su infancia. En cambio, su hermano, Kiko Rivera (40 años), ha optado por guardar silencio ante el fallecimiento del exalcalde.

Isabel Pantoja, refugiada en su finca Cantora, continúa con su vida ajena a la muerte de quien alguna vez fue uno de los hombres más importantes de su vida. Lejos de hacer declaraciones, sus planes se centran en una posible mudanza a Madrid, dejando claro que, para ella, el pasado con Julián Muñoz quedó enterrado hace mucho tiempo.

Esta reacción, aunque previsible para muchos, deja en el aire una incógnita: ¿realmente no le ha afectado el fallecimiento de quien compartió con ella uno de los periodos más turbulentos de su vida? Lo que es seguro es que, al menos públicamente, Isabel ha dado vuelta la página, prefiriendo no remover un pasado que la marcó tanto personal como profesionalmente.