El libro de memorias que desvela detalles de la relación amorosa entre Gloria Grahame y su hijastro

Anthony Ray era hijo de Nicholas Ray, esposo de Gloria Grahame. Se conoció con su madrastra por primera vez cuando tenía 12 años. Por decisión de su madre, Tony se iba a vivir con su padre y debido a tantas ocupaciones, el director de cine no pudo ir a su encuentro, así que mandó a su encantadora esposa. Ella recogió al adolescente en el aeropuerto y desde el primer momento lo trató como un amigo más. No como su hijastro.

Rápidamente la actriz se ganó el corazón del adolescente, pero no como figura materna, sino como algo más. Mientras el padre se negaba a hacer planes familiares con él, Gloria le animaba a fumar, beber alcohol y a asistirla en pequeñas labores como ayudarle a secarse después de salir de la ducha. Madrastra e hijastro hacían planes por la ciudad de Los Ángeles mientras los fans se acercaban a pedir autógrafos y llenar de abrazos a la muy reconocida estrella de Hollywood.

Fue hasta el día en que ella le quiso enseñar a besar que se encendió la llama física entre la esposa de Nick Ray, de 26 años y el hijo, de 13 años. Gloria aprovechaba cada instante en que Nicholas la dejara sola con su hijastro, para llevarlo a navegar en el mar abierto de sus discretas pasiones.

Pero solo de pasiones no se alimentan los vínculos. Mucho menos los de tan turbia naturaleza. Es por eso que cuando los conflictos se asomaban entre el núcleo disfuncional, sus integrantes llegaban a extremos inimaginables que incluían amenazas con armas de fuego y llamadas a la policía en las que la madrastra acusaba a su hijastro de intentar violarla.

Estas escenas encendieron las alarmas de un Nicholas cansado de su fracasado matrimonio y sin mayor escándalo, asumiendo que su mujer estaba en una relación con su propio hijo, decidió divorciarse. Ante la separación, Tony y Gloria interrumpieron sus intensos encuentros y dejaron de verse por varios años. Ella se casó con el director de cine Cy Howard y aparentemente la historia casi incestuosa con su hijastro había llegado a su fin.

En el libro de memorias se puede leer: «No había tenido contacto con Gloria desde que tenía 13 años, pero había suspirado por ella durante toda mi adolescencia. La había seguido a través de sus películas... Cuando llegué a California, la llamé. Quería verme inmediatamente. Yo quería verla inmediatamente». Y la historia de amor entre los dos personajes se reanudó instantáneamente, al punto de que, en 1960 se casaron. Ella tenía 36 años y él, 22. Catorce años de diferencia que en el pasado perfectamente podrían considerarse pedofilia.

Como es de esperarse en las relaciones tormentosas, el matrimonio no duró demasiado, pero sí lo suficiente para engendrar dos hijos. La fama de Gloria la abrumó al punto de caer en el consumo de sustancias y el intento de suicidio. Tony no se quedó atrás, pero de los dos, era quien 'menos mal' estaba. Así que, por ordenes de un juez, la custodia de los hijos quedó en manos suyas.

Esta es una de las historias tristes y sórdidas de Hollywood sin final feliz. Tony la narra con un toque de nostalgia y cariño, pero claramente es una muestra de los lugares oscuros a los que puede llegar la vida de algunas personas, cuando la fama y el reconocimiento se desbordan a niveles inimaginables y la ausencia de límites se convierte en premisa de vida.

El prólogo del libro está escrito por la hija de Tony, quien reconoce el «trauma profundamente arraigado» que afectó todos los aspectos de la vida posterior del director de cine y guionista.

Nicholas Ray falleció en 1979 a los 67 años, Gloria Grahame en 1981 a los 57 años y Tony Ray en 2018 a sus 80 años.