Gina Lollobrigida y Javier Rigau siguen casados legalmente

Diversos medios italianos hacen hincapié en la necesidad que la Lollo tiene de reivindicarse como justiciera e insisten en que está harta de que todos los políticos prometan en campaña y se sacudan las responsabilidades cuando se asientan en el Palacio Chigi, sede del gobierno italiano. Uno de los más directos al valorar la determinación de Gina ha sido el empresario catalán Javier Rigau. Lo hizo hace unos días en estas mismas páginas: «Está incapacitada por todas las instancias judiciales. Este ridículo se debe a un abogado que fue contratado por Andrea, que era miembro personal de servicio».

Estas palabras han despertado el interés de los medios nacionales e internacionales. Algunos le restan importancia porque, deslizan, Rigau ya no es marido de Gina. ABC ha tenido acceso a la documentación que prueba que, legalmente, el catalán y la italiana siguen siendo matrimonio. Si bien es cierto que la iglesia concedió una dispensa que se asemejaría a un «divorcio católico», desde El Vaticano negaron la nulidad. «Que legalmente estemos casados es un seguro para ella», aclara Javier Rigau a este diario.

Lejos de lo que muchos podían imaginar, el matrimonio se celebró en régimen de separación de bienes y con capitulaciones que garantizan la no sucesión patrimonial entre los cónyuges. Una decisión que Javier asegura que se tomó para proteger su propio patrimonio que «pericialmente cuadruplica al de mi mujer». A pesar de que muchos apuntaron recientemente que Lollobrigida sigue teniendo un alto nivel adquisitivo, la realidad que plasman desde su entorno es más bien distinta. «Es verdad que antes tenía muy buenas joyas, pero las subastó todas en 2013», matiza alguien que le conoce bien.