Ni escondida, ni fuera de España: Laura, la exnovia de Daniel Sancho, de concierto en Madrid con sus amigas

Y es que Daniel, el hijo de Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo, antes de todo, tenía una novia, Laura de 28 años de edad, con quien salía desde hacía cinco años aproximadamente, entre idas y venidas, y con quien tenía planes de casarse en un futuro cercano. La joven, abrumada por el interés mediático del caso, decidió pasar algunos días en Navacerrada y alejarse del foco, rodeándose por su familia y amigos.

Pero los días pasan y Laura quiere recuperar su vida y volver a la 'normalidad'. Según apuntaba el portal 'Informalia', la joven era vista, en el festival «El Jardín de las Delicias» en la Ciudad Universitaria de Madrid, acompañada de un grupo de amigas, disfrutando del concierto de 'Vetusta Morla'.

Vestida con un atuendo desenfadado pero elegante, lucía una cazadora blanca y vaqueros azul claro, la joven demostraba así que no había abandonado España y que la realidad es que sigue residiendo en un céntrico piso del Paseo de La Habana. De vez en cuando le gusta pasar temporadas en Navacerrada donde se reune con familiares y amigos.

Fue el propio Daniel Sancho el que mencionó por primera vez que tenía novia. «No me va a esperar ni debe, que siga con su vida, que sea feliz», manifestó el chef el mismo día que se produjo su detención en la isla tailandesa de Koh Samui. De hecho, el joven declaró que Edwin Arrieta le había «hecho romper con su novia».

El programa 'Espejo Público' comenzaba su investigación sobre la joven y llamaba al caso 'Operación Navacerrada'. Los datos de Laura comenzaban a llegar. La joven española de 28 años de edad perdió a progenitor cuando ella tenía solo 4 años, por lo que se crió junto a su madre y su hermano.

Laura pertenece a una familia adinerada; de hecho, Beatriz Cortázar avanzó que Sancho podía haber «dado el braguetazo de su vida» en caso de haber pasado por el altar con ella. Este seno familiar cuenta con componentes de lo más influyentes por sus vínculos con una empresa automovilística; de hecho, su abuelo era considerado como «el Amancio Ortega del motor».

La joven cuenta con una profesión con la que ganarse la vida. Laura trabaja como comercial en la empresa familiar y, a consecuencia de este revuelo, ha solicitado la opción de teletrabajar para apartarse del foco mediático y aunque ha pasado poco tiempo, Laura necesita recuperar su vida y seguir con la normalidad.