La preocupante obsesión de Daniel Sancho desde que entró en prisión

Según contó a 'TardeAR', Sancho tiene un pensamiento que permanece en su cabeza desde que se levanta hasta que se acuesta: pasa las horas cavilando sobre su juicio y en la posibilidad de que le condenen a la pena de muerte. Además, uno de sus deseos es que si finalmente le dan la cadena perpetua quiere cumplir la condena en España ya que las condiciones de las cárceles tailandesas son precarias y distan mucho de las españolas. También en estas estaría más cerca de sus familiares y amigos -hasta ahora sólo ha podido ver a sus padres, Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo, que se han desplazado hasta Tailandia para visitarle.

«A falta de abogado, Daniel Sancho ocupa todas las horas del día a estudiar su caso, se ha convertido en una obsesión para él», explicó Boonsaior. Eso sí, para no alarmar a sus allegados deslizó que también hace ejercicio, pero como el resto de presos que están a la espera de juicio pone el foco en cómo defenderse». Una preocupación y obsesión que podría perjudicar considerablemente la existencia del joven ya que aquellos presidarios que no aceptan su situación corren el peligro de incrementar su angustia.

Esa causa no es la única que Daniel Sancho tiene pendiente. El próximo 7 de noviembre hará frente a un juicio, en el que declarará por videoconferencia, por un presunto delito de lesiones en relación a una agresión que se produjo en noviembre de 2019 en la calle José Abascal de Madrid. En el escrito se explica que el chef, a altas horas de la madrugada del día 9 de noviembre de 2019 , estaba cerca de la zona: «En un momento determinado procedió a introducirse en un vehículo taxi que allí se encontraba, sin respetar la cola que se había formado para utilizar el servicio público».

Tras percatarse de lo que estaba sucediendo, J. C. recriminó su actitud a Sancho y «el acusado, con ánimo de herir, procedió a darle un puñetazo en la cabeza ocasionándole lesiones que tardaron en curar doce días». Además, al herido le quedó un perjuicio estético debido a la rotura del diente incisivo superior derecho. El fiscal califica lo que ocurrió como un delito de lesiones previsto y penado en el Código Penal.