Citrus del Tancat: cocina mediterránea de proximidad entre naranjos

La influencia de Camarena es evidente en la cocina mediterránea de López, a caballo entre tradición e innovación, ceñida a la temporada y a los productos de la zona. Pescados y mariscos de la vecina lonja de La Rápita; mejillones, ostras y arroz del Delta del Ebro; verduras y cítricos de la finca del hotel son base de elaboraciones de proximidad, con técnicas actuales, en general bien resueltas y ligeras, con mucho 'mar y montaña' y continua presencia de emulsiones. Platos de categoría como las alcachofas con sepionet y caldo sucio de calamar o la cebolla asada rellena de cigala son perfectos ejemplos de esta cocina.

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El comedor, en los bajos del hotel, rodeado de jardines, es muy luminoso. Un buen equipo de sala, mesas con manteles y muchos detalles de equipamiento contribuyen a la buena impresión. No hay carta. Solo tres menús degustación (43, 63 y 83 euros, respectivamente) que varían en función de la disponibilidad en el mercado.

El más largo, Sol de Ríu, incluye varios snacks y aperitivos, siete pases salados y dos dulces. Buen comienzo con el atún rojo como protagonista: dos embutidos, blanquet y morcilla de cebolla, y la ventresca curada en colatura de anchoa sobre una coca de pimiento y tomate. Agradable la tartaleta de ensalada de tomate con sardina ahumada y fallido el kumquat relleno de gamba blanca, anulada por la potencia del cítrico. Notables la gamba 'amb bleda' acompañada de un consomé frío de gambas y palo cortado y la galera asada con su 'allipebre' mientras que al cangrejo azul del Delta le perjudica un panipuri sin crujiente.

Estupendo calsot asado con una meuniere de café, vinagreta de cilantro y tartar de llisa ahumada. Interesante la ostra del Delta al vapor y frita, con emulsión de alga códium y aguacate, pero necesita una revisión del rebozado. Sobresaliente un suquet de pescadilla con su cococha y un praliné de picada catalana. Por el contrario, una ensalada de verduras y escabeche de paloma falla por la escasa intensidad del escabeche. Buena idea rallar encima pechuga de paloma curada en colatura de anchoas.

Logradas las castañuelas de ibérico confitadas y magnífico un arroz de setas, caza y vino rancio en el que se nota la influencia de Camarena. López utiliza canaroli envejecido del Delta del vecino Molí de Rafelet. Lo pasa por el horno y luego lo tuesta en la plancha con un gran resultado.

En un restaurante rodeado de naranjos, lógicamente la naranja es protagonista del postre en una fresca combinación con mango -poca proximidad en este caso- y albahaca. Más flojo un melocotón con helado de almendra y exceso de azafrán.