Cinco bares para despedir la Semana Santa en Madrid

Aquí una selección de selección de espacios destacados en DeTapeo en los que poner el broche de oro a estas fiestas.

Hermanos Vinagre es uno de los templos del aperitivo en Madrid, con tres sucursales. El escabeche y las conservas protagonizan la carta de este local de la zona de Ibiza que se presenta como una versión contemporánea del bar de toda la vida. Buen atún fresco en mojama con almendras, sus gildas, el salpicón, la tosta de anchoas y mantequilla, los chicharrones de Cádiz, los mejillones, los berberechos, el salpicón.

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Riverita es la reivindicación de la taberna como concepto madrileño. Platos ligeros, perfectos para compartir, que llegan a las mesas altas que dan vida a este rincón acogedor de la capital. Y eso se nota en su propuesta clásica de conservas trabajadas en la casa, chacinas ibéricas, marisco y verduras de temporada. Su 'Marinera Riverita' es un clásico: una buena ensaladilla, con anchoa 00 y piparra encurtida servida sobre un crujiente de pan. Destacan también los castizos callos con el justo toque de picante.

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Bareto es una cervecería moderna a la vieja usanza. La taberna ocupa el local de un establecimiento histórico de la ciudad, el antiguo bar Correos, a unos pasos de la Plaza de Cibeles, y se luce en su animada barra y su tapeo. En su carta se versionan clásicos como las bravas, los torreznos, el montado de calamares, la gilda, la ensaladilla rusa –con ventresca– o su ternera asada, perfectos para acompañar cerveza bien fría, chatos de vino o vermú.

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Juana la Loca engloba todo lo que esconde un buen pincho de tortilla en Madrid. El suyo es un imprescindible del barrio de los Austrias. Este rincón de barra y pincho es perfecto para redescubrir el tapeo desde un curioso sincretismo culinario. Su tortilla 'de papas' con cebolla confitada es la antesala de una carta pensada para compartir. A partir de ese tótem de la cocina española, todo lo demás goza del espíritu viajero: desde un pincho de ensaladilla, colas de cangrejo de río, cilantro y huevas de trucha; a la sardina ahumada con burrata, 'chutney' de tomate y cardamomo; pasando por un 'roast beef' con 'foie mi-cuit', manzana asada, rúcula y mayonesa.

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La Parrilla de la Reina es una parada secreta en Gran Vía. El local ofrece tapas y raciones castizas para amenizar un paseo por la calle más famosa de Madrid. Un local muy animado, de carácter cañí e informal, en el que la cocina castiza y las brasas resuelven la cita con solvencia. Buenas empanadas de carne de ternera a la argentina, ensaladilla rusa de atún y langostinos, croquetas de jamón y, sobre todo, su cono de patatas bravas hojaldradas.

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