La natalidad caerá por las consecuencias económicas de la pandemia

El también presidente de UNIR, en una entrevista a Europa Press, ha afirmado que este hecho «no es bueno», ya que «estamos en niveles muy bajos, con una tasa en España de 1,25 hijos, lo que es un valor francamente reducido». Por tanto, «si todavía baja más ese valor no será bueno y dificultará mucho mas una hipotética recuperación en el futuro, cuando las cosas puedan empezar a cambiar«.

A ello, ha unido Puyol un «temor», y es que «las posibles medidas de revitalización demográfica que están sobre la mesa del Gobierno, lo que puede ser es que queden un poco apartadas ante la necesidad perentoria de atender otras cuestiones con más urgencia».

Una situación, que para el catedrático «tampoco es bueno», porque «las medidas que se planteaban contra el despoblamiento rural o para combatir los problemas del envejecimientos , que son ingredientes de una política necesaria, pueden en estos momentos apartarse más y no ponerse en marcha«, de cara a »atender unas cosas más urgentes, tanto en el mercado laboral como en la prestación de servicios«.

Puyol ha indicado que la caída de la natalidad «además de afectar a las mujeres españolas, también lo hará con las madres extranjeras, que vendrán en menor proporción, ya que la inmigración hacia España que se había recuperado va a experimentar un parÓn».

No solo la natalidad se verá afectada por el COVID-19 sino que la mortalidad «lo está siendo, en una cuantía todavía imprecisa, porque se manejan cifras distantes, y no tenemos la posibilidad de comprobar realmente la incidencia sobre esa variable». «Lo que si sabemos es que es la más afectada, sobre todo, en un estrato de población», ha añadido.

Puyol ha reseñado que sabemos que está «afectando, sobre todo, a personas mayores de 80 años; a personas mayores de 80 años con dolencias previas; y afecta a personas mayores de 80 años con dolencias previas, que vivían principalmente en residencias de personas mayores».

El catedrático de Geografía Humana ha apuntado, además, que la incidencia del COVID-19 «es mayor en hombres que en mujeres, y eso va a provocar un pequeño desequilibrio en los sexos «, así como debido a la mortalidad se va a reducir »ligeramente« los niveles de envejecimiento.