Faltas de ortografía en nuestros hijos, ¿cómo podemos ayudarles?

Además, añade Xavier Roca: «se estudia la afectación de las nuevas tecnologías (RRSS, Play Station, Nintendo…) en la cuestión ortográfica. Desde el colegio podemos detectar que un uso indebido o excesivo de estas tecnologías alimentan la inatención de los alumnos y, lejos del fracaso escolar, les aleja la oportunidad de tomarse su crecimiento intelectual como un reto personal porque exige un sobresfuerzo. En función de la edad, de la madurez y el autocontrol del adolescente puede ser un aliciente tratar de cuidar su ortografía incluso en esas áreas de su vida personal».

Hasta los siete u ocho años es difícil ayudar al niño con la ortografía porque no domina la lectura ni la escritura ni conoce las reglas ortográficas. A partir de esa edad ya empiezan a fijarse, a comprender la lectura, la escritura y las primeras reglas ortográficas. «En una edad infantil, los niños piensan que la cuestión de la escritura es parecida a la del habla porque nunca se ha planteado otra cosa. Como opinión personal, una plena conciencia ortográfica no se toma hasta que eres capaz de asimilar la importancia de la ortografía en tu vida personal» , añade el Profesor Roca Tico. «La escritura como medio de expresión, en tanto que lenguaje, no solo es una de las principales herramientas de comunicación, sino la que más empleamos en nuestro día a día y la más útil que tenemos porque nos señala la realidad a la que podemos acceder a nivel personal . Allí juega un papel fundamental el conocimiento ortográfico»”, añade el experto.

En estos momentos todos los niños se enfrentan a la lectoescritura en uno o más idiomas además del español. Esto provoca que la historia se complique. Y es que a muchos niños les cuesta escribir correctamente las palabras en lenguas extranjeras, ya que en ellos se pronuncia de forma diferente a cómo se escribe . Y sobre este respecto opina también Xavier Roca Tico: «El hecho de no tener formada una conciencia ortográfica propia dificulta que, por norma general, puedan empezar a escribir, por norma general, en otras lenguas con soltura. En mi caso, por ejemplo, recuerdo que el latín fuera una ayuda para perfeccionar mi ortografía». Además, añade: «A veces, el aprendizaje de lenguas simultáneas alarga el proceso de asimilación, pero también enriquece el lenguaje».

Antes era habitual ver a un niño copiando cincuenta veces la palabra que fallaba. Sin embargo hoy se ha comprobado que esto no ayuda al total de estudiantes. Tampoco les son útiles los cuadernillos tradicionales para mejorar la ortografía por repetición de palabras y frases. «Nos movemos entre la tradición y la puesta en cuestión de la misma. Hay familias que piden cuadernos para mejorar la ortografía y no niego que puedan ir bien a un cierto perfil de alumno: ordenado, meticuloso, hormiguita…, pero en la realidad, ese cuadernillo no resulta atractivo para el grueso de alumnos», opina el experto. 

Y es que estamos en un tiempo en el que para rescatar al alumno hay que moverse y dirigirse hacia él desde el punto de vista académico: «Saber llegar allí donde se encuentra es una labor mucho más complicada que dar un cuadernillo, debes conocerlo. Puede ser más atractivo regalarle un libro que te ha gustado y decirle que has pensado en él, recomendarle la lectura de un periódico deportivo si es muy deportista… En fin, hay que tener imaginación para saber dar a cada uno lo suyo. A veces necesitan métodos que apliquen información visual o multisensoriales porque aprenden mediante otras inteligencias», explica el profesor Roca Tico.

Cuando observemos repetidos errores ortográficos, debemos descartar otros problemas en el niño como pueden ser auditivos, visuales u otros trastornos que le pueden afectar. La dislexia o la disgrafía pueden ser algunos de ellos. «Además de los habituales propios de la madurez intelectual del alumno, recientes estudios demuestran que hay ciertas dificultades añadidas que retrasan el aprendizaje o lo incapacitan. Diagnósticos como dislexia, TDAH y otros trastornos específicos del lenguaje pueden influir en la ortografía de los alumnos si no se tratan y se les da las herramientas necesarias», explica el experto.

Se suele detectar cuando el profesor observa alteraciones importantes en la escritura o los dictados del niño , según indica el Profesor Roca Tico: «Desde los colegios se tratan estas dificultades con especial atención porque deben tomar conciencia como el resto, pero además tienen el reto de conocerse a sí mismos para poder superar sus dificultades. Las ventajas de la educación actual es que te ayudan a detectar trastornos (desórdenes) que todos tenemos y darles una respuesta para que el aprendizaje sea posible».

Para eso, un buen maestro debe ser capaz de ofrecer a cada alumno el camino idóneo para hacer su guerra y sentirse acompañado . «En una edad en la que estamos cimentando nuestra vida es importante saber que las dificultades no siempre te destruyen, pueden hacerte más fuerte. Hay casos de éxitos que dan sentido a nuestra vocación», concluye Xavier.