8 ideas divertidas, fáciles y sostenibles para organizar un cumpleaños infantil al aire libre

1. Una noche de cine en el jardín

Todo lo que necesitas es un proyector de cine y una gran pared. Pon a los niños cubos de cartón de palomitas individuales, zumos naturales y agua, y disfruta de una de las mejores películas para niños bajo las estrellas. Además, aunque estos días todavía las temperaturas son agradables, puedes poner unas mantitas en cada una de las sillas para que se tapen. El plan peli y manta, es un éxito seguro. Eso sí, después del cumpleaños, acuérdate de tirar los desperdicios en su contenedor correspondiente.

2. Una búsqueda del tesoro en un bosque encantado

Forma equipos con los invitados y envíalos en busca del tesoro escondido en algún lugar al aire libre como en tu jardín, un parque o un bosque.

Establece los objetivos de la búsqueda del tesoro —por ejemplo, un objeto por cada letra del alfabeto u objetos que puedan encontrarse en la naturaleza como piñas, hojas, flores o frutos del otoño— y deja que los grupos afronten el reto. Ten preparados premios para los ganadores (¡y también premios de consolación!).

3. Historias de fantasmas alrededor de las velas

Esta idea requiere un extra de seguridad y preparación, además de tener en cuenta la edad de los niños. Asegúrate de que todo el mundo se vista con ropa cómoda según el tiempo que haga y que haya suficientes adultos para supervisar a los niños pequeños. Haz un círculo con las velas que tengas en casa y una vez que esté todo preparado, haz que todo el mundo comparta su historia de fantasmas favorita.

4. Olimpiadas con juegos de toda la vida

Organiza una competición amistosa en un algún espacio al aire libre cerca de casa como un parque, dehesa o jardín. Una carrera de cucharas y huevos, el juego del pañuelo, una carrera de sacos o el tradicional juego de las sillas. Por supuesto, acuérdate de dejar todo limpio y recogido una vez hayáis terminado.

5. Fiesta de reciclaje y creación artística

Anima e inspira la creatividad de tus invitados dándoles todas las herramientas que necesitan para crear todos juntos un proyecto a gran escala pintando un mural, huellas de manos o salpicaduras de pintura en una sábana. Además, puede convertirse en un recuerdo muy especial para el cumpleañero. Entrega a cada uno de los asistentes lienzos más pequeños para que se los lleven a casa como recuerdo. Otra idea puede ser poner a prueba nuestra inventiva reciclando materiales y envases que tengamos por casa. Esto requiere una planificación previa para ir guardando esos objetos en casa unos días antes.

6. Limpieza del bosque o la playa por equipos

Organiza una actividad eco responsable con el medio ambiente y propón a tus invitados convertirse en superhéroes o súperheroínas con una importante misión: limpiar el bosque o la playa de plásticos y papeles. Prepara guantes para todos y bolsitas de basura donde puedan tirar lo que encuentren y no te olvides de vestir a cada niño con una capa y un antifaz, atuendo imprescindible de un auténtico superhéroe.

7. Monta un laboratorio de ciencias

Fomenta el amor de los niños por la ciencia, la tecnología y la ingeniería -y muéstrales lo divertida que es cuando se aplica a situaciones del mundo real- con una fiesta de cumpleaños llena de experimentos científicos fáciles, divertidos y creativos. Centra las actividades en la elaboración de “slime” con diferentes texturas o bombas de baño de colores, que podrán llevarse a casa.

8. Juegos para concienciar sobre el consumo del agua

Una buena manera de enseñar a los niños la importancia del agua es a través del juego. Por ejemplo, el agua contaminada provoca enfermedades muy graves principalmente en los niños. Una vez que el agua se ensucia es muy difícil y caro limpiarla de nuevo. Con este experimento podemos enseñar a los niños a poner atención sobre lo que tiran al agua. Necesitarás tazas con agua limpia, aceite vegetal o para bebés y platos hondos. Cuando lo tengas todo listo ¡da comienzo al experimento! Vacía el agua limpia en el plato hondo, añade una cucharada de aceite y anímales a quitar el aceite que está en el agua, sin vaciar el plato. Pueden intentarlo usando algodón, telas, cucharas, coladores…. Después de un rato de intentar limpiar el agua, pídeles que observen el agua ¿cómo está? ¿quedó tan limpia como estaba? ¿se la beberían?

Tras el experimento explícales lo difícil que es limpiar el agua y que se imaginen lo que cuesta limpiar una mancha de esas características en el océano o en los ríos.