Fundación Unoentrecienmil: «Hay muchos protagonistas secundarios que también viven el diagnóstico de un cáncer infantil»
Esta organización ha celebrado un encuentro con el objetivo de dotar de herramientas y un protocolo de actuación que facilite la gestión de los casos de alumnos con cáncer en las escuelas
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEl diagnóstico de cáncer de un niño siempre es muy difícil de digerir en las familias, que necesitan reposar la información para aceptar la nueva situación y tomar decisiones para salir adelante. La noticia también es difícil de asumir para su entorno escolar por la ... desolación que crea ante sus compañeros de clase y profesores. Por este motivo, y con la intención de dar herramientas para avanzar de la manera más positiva para el alumno, «en la Fundación Unoentrecienmil hemos lanzado un nuevo espacio de diálogo sobre cómo gestionar un diagnóstico de cáncer en la escuela para facilitar a la comunidad información y herramientas que les ayuden en la gestión de un diagnóstico de cáncer infantil en su centro».
María Durán, profesora de una alumna paciente de leucemia infantil en el Colegio Dos de Mayo en Pinto (Madrid), explica que «inicialmente, cuando se diagnostica un caso, es inevitable que aparezcan muchas emociones, temores, preguntas… ¿Qué va a pasar?, ¿Qué decir?, ¿Cómo ayudar al niño enfermo?, ¿Cómo preparar a los compañeros para esta situación?, ¿Cómo actuar con los demás padres? Es muy importante gestionar adecuadamente esta situación, dado que hay muchos «protagonistas secundarios» que también viven el diagnóstico de cáncer de un niño: sus amigos, compañeros de clase, profesores, el resto de alumnos de la escuela… Entre todo su círculo debemos conseguir abordar la situación con el único propósito de ayudar a sobrellevar el 'nuevo presente' que vivirá tanto el niño, como su familia. Saber empatizar y respetar es algo trascendental, y por eso debemos educar en las aulas para poder conseguirlo. No debemos compadecer, debemos ofrecer nuestra ayuda de cualquier forma que nos sea posible.
Todas las partes debemos aportar nuestro granito de arena para ayudar a la comprensión de la situación y tener conciencia de lo que supone una enfermedad como el cáncer cuando aterriza en la vida de un compañero, cómo afecta a su día a día, cómo afrontarlo, etc».
El abuso de pantallas en adolescentes empeora sus habilidades de comunicación y su salud mental
S. F.Los niños que dedican más de nueve horas a jugar y/o navegar por Internet presentan problemas conductuales, falta de habilidades sociales y trastornos del sueño
Alba Plata, piscooncóloga y experta en sensibilización en centro escolares, explica que «para gestionar una situación como esta, lo ideal es poder afrontarla con la mayor naturalidad posible y, para ello, es importante guardar el respeto hacia la voluntad de los padres del niño, en cuanto a la información que quieren ofrecer sobre la enfermedad de su hijo. En lo que se refiere al papel de los profesores, la cantidad de información que se debe dar (así como la forma de presentarla) dependerá de la edad y madurez de su grupo de alumnos. Hay una serie de mensajes que deben quedar claros:
— El cáncer, a pesar de ser una enfermedad grave, se puede curar.
— Los tratamientos requieren mucho tiempo y pueden provocar cambios físicos y emocionales.
— El niño enfermo se ausentará regularmente del colegio para seguir su tratamiento.
— El niño enfermo pasará por momentos difíciles y necesita la comprensión y la ayuda de todos».
Matiza María Durán que «obviamente la vida cambia, las rutinas cambian, es algo inevitable. Hay que darse cuenta que un niño no está preparado para afrontar un cambio de vida así, y que al final cada diagnóstico afectará de una forma u otra al modo de vida de cada niño. La situación dependerá también de cada caso, de cada niño, de cada fase de la enfermedad que esté atravesando.… No será igual cuando un niño pueda afrontar una primera época ingresado en el hospital, que cuando ya ha transcurrido un tiempo tratándose y vuelve a incorporarse a la escuela».
«Debemos recordar —advierte Alba Plata— que el colegio es una parte importante en el mundo del niño. Es el camino de las amistades, del aprendizaje y de su futuro. El contacto con el colegio y sus compañeros le permite mantener su vida cotidiana y refuerza la esperanza de sentirse bien y de curarse. Por lo que el papel que ejercemos desde las aulas y los colegios es fundamental».
«Los profesores debemos favorecer la adaptación escolar del niño, evitando que se perciba diferente y menos capaz y, a su vez, facilitar su integración en la sociedad y más concretamente en la escuela como parte de ella. Es evidente que no podemos exigir el mismo nivel académico a un niño que está ingresado en un hospital, que a cualquiera de sus compañeros. Por suerte, con las nuevas tecnologías, nos resulta más fácil hacerle llegar los contenidos académicos, realizar videoconferencias, enviarle vídeos de apoyo…», afirma María Durán.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete