«Los padres nos tenemos que resistir como gato panza arriba a la repetición de curso»
Olegario Llamazares es el autor de «Cómo conseguir que tu hijo apruebe»
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Iniciar sesiónOlegario Llamazares, autor de «Cómo conseguir que tu hijo apruebe» , aclara no sin cierto humor que él no es especialista en pedagogía, pero sí es «la otra parte contratante», con tres hijos que han tenido dificultades en algún momento de su vida escolar, «a ... los que he tenido que dedicar un tiempo a ayudarles». Conoce, por tanto, cómo funcionan tanto el sistema educativo en general, como los colegios, los deberes en casa… «Lo que he intentado es transmitir que hay que ayudar a los hijos en la educación escolar porque los malos resultados académicos no son una cuestión de los niños, son producto del sistema educativo español, que dificulta el aprovechamiento y el rendimiento escolar».
Usted viene a recordar la importancia de la presencia de los padres en la vida escolar de sus hijos y en los resultados que estos consigan.
Hay un artículo en la Ley que nos adjudica a los padres esa responsabilidad. La propia norma educativa dice así: los padres son los primeros responsables de la educación escolar de sus hijos. Por ejemplo, en caso de repetición, los colegios siempre tienen que consultar y tener en cuenta la opinión de los padres. Es decir, legalmente, es así, y eso los colegios lo tienen que tener en cuenta. El colegio tiene que estar con nosotros. Es un tema legal. La realidad es que no es así. Pero cuando tú se lo haces ver (ud me tiene que comunicar cualquier decisión en lo que respecta a mi hijo), la cosa cambia un poco.
Según usted, lo más importante con diferencia es conseguir la promoción o, dicho de otra forma, huir de la repetición.
Sí, dicho en el lenguaje o argot vulgar, lo ideal es evitar la repetición de curso . Aquí lo primero hay que hablar de lo que dicen los expertos que elaboran el informe PISA sobre educación. Textualmente dice que no se observan resultados de mejora sobre los alumnos que repiten curso. Luego hay otra idea: y es que a lo largo del sistema educativo español se estudia siempre lo mismo. Un ejemplo: Los Reinos de Taifas que, sin ser tampoco una cosa decisiva, aunque sí curiosa -porque te indica que los españoles no se han unido nunca entre ellos-, se estudian en tres asignaturas diferentes.
Hay que evitar la repetición, porque repetir supone un estigma social, salvo casos extremos. Un dato: en Finlandia, sólo el 6 por ciento de los niños repiten algún curso de la educación escolar, mientras que en España estamos en torno al 29 por ciento. Los niños no fallan, lo que falla es el sistema. Nuestros niños no son culpables, ni menos listos. Es el sistema el que falla. Por eso los padres no tenemos que resistir como gato panza arriba a la repetición de curso. Otra cosa es en cursos más avanzados, porque van a estudiar otra vez lo mismo.
Otra cosa es repetir en lo que respecta a los niños con dificultades de aprendizaje, ¿cierto?
Tampoco les mejora, es más efectivo exigirles menos, bajarles el nivel o ponerles refuerzo. Una cosa es un niño que no aprueba porque realmente está alejado de sus padres o de él mismo. Es otra problemática distinta, pero en estos casos hay que insistir en que en España hay muchos recursos que no se utilizan como, por ejemplo, hacer un plan de estudios diferente para estos niños. Si un niño va mal en los estudios, el profesor tiene que ayudarle y ver dónde se le puede ayudar. Es más, debería hacerse es el documento palpable de señale donde tiene las dificultades ese niño. Si no lo hacen, se está incluyendo la Ley en muchos aspectos.
¿Cuál es, para usted, uno de los mayores problemas del sistema educativo?
La falta de vocación del profesorado. La mayoría de los profesores lo son por casualidad y no están motivados, porque no es su idea inicial estudiar esa carrera. Están frustrados y de alguna manera esa frustración la vuelcan en los niños. Me he encontrado con muchísimos casos de esos. La conclusión a la que llego es que han llegado de rebote. El profesorado en España no tiene vocación y es el origen de unas deficiencias tremendas. Porque la realidad es que es un trabajo difícil, que exige un esfuerzo físico y mental tremendo, pero si no es vocacional, entonces la motivación no sale por ningún lado.
En cuanto a la elección de colegio, usted asegura que si el niño no es brillante, es mejor ser cabeza de ratón que cola de león.
Sí, si el alumno no es brillante, es mejor ir a un colegio que no tenga un elevado nivel de exigencia. Es preferible ser cabeza de ratón y estar en un colegio de exigencia media que no quedarte atrás en un colegio muy exigente donde lo que les interesa es que los alumnos menos brillantes se vayan. Hay una diferencia de hasta tres puntos entre centros. Un suspenso de cuatro, incluso de tres, puede ser un bien o un notable bajo en un colegio de exigencia media. Es mejor detenerse un tiempo en buscar un colegio adaptado a las exigencias de tus hijos.
De hecho, es habitual que hermanos necesiten distintos colegios, pero para los padres resulta difícil de asumir.
Es más cómodo que estén en el mismo centro, pero hay hermanos que no necesitan el mismo colegio porque verdaderamente hay mucha diferencia entre ellos y no queda más remedio que escoger colegios diferentes. Es verdad que esto puede provocar en la familia problemas de intendencia, por localización del centro, por ingresos económicos…
¿Qué consejos daría a los padres que ahora están planteándose cambiar o encontrar colegio para sus hijos?
Es muy importante hablar con otros padres, es fundamental conocer al director… Hay que hacer una labor previa realmente intensa, de acudir a las jornadas de presentación, leer los comentarios de internet… Hay mucha publicidad engañosa en los colegios, que te dicen que hay mucha ayuda a la diversidad que luego no es real. Los padres de otros alumnos son la primera fuente de información a la hora de elegir colegio.
¿Cómo debe ser la implicación de los padres en la educación escolar de sus hijos?
Es una dedicación que lleva un tiempo, que requiere de un esfuerzo seguramente de varios años. Es mejor que uno de los miembros del matrimonio asuma este rol y que desempeñe el papel en este proceso de hablar con el colegio, de estar pendiente de los deberes, de los exámenes… y que el otro miembro de la pareja esté apoyando en todo lo que pueda.
La primera idea es que tú como padre tienes esa responsabilidad, porque la realidad es que el sistema no se responsabiliza y tú no puedes dejar de hacerlo. Y la segunda, que responsabilizarte de la educación de tu hijo es algo magnífico, es un esfuerzo que hay que hacer pero es también, casi con toda probabilidad, el más importante que puedas hacer en la vida. Si tienes éxito tendrás un beneficio emocional brutal y la satisfacción del deber cumplido. Es duro, te va a quitar tiempo de tu vida personal, pero al final el resultado va a ser bueno porque vas a conseguir resultados y vas a sentirte muy satisfecho. Es una cosa que la vida te ha enviado e, insisto, ¿hay una labor más importante? Realmente no la hay.
En España todavía se vive el cambio de colegio como un divorcio.
Pero si el niño tiene problemas, es mejor cambiar y buscar un colegio distinto para tu hijo. Hay muchos colegios donde te invitan a irte porque solamente orientan su educación a los estudiantes más o menos brillantes y no les interesa tener estudiantes de niveles más bajos. Esos colegios no son adecuados para un niño que suspende.
Pero, insisto, no pasa nada por cambiar de colegio. Hay que saber dejar una cosa y tomar otra. La vida es cambio, y más en las circunstancias actuales donde raramente se entra en un colegio y se está toda la vida. Ahora lo normal es estar en dos o tres colegios por distintos motivos (padres que viajan al extranjero, cambio de ciudades, de barrio…) Casi diría que lo raro es estar toda la vida escolar en el mismo centro. Cambiar puede ser hasta bueno.
Hay que hacerse estas preguntas: ¿el colegio puede cambiar? ¿tu niño puede cambiar? Es difícil. Mejor no mirar atrás. Un año o dos no son nada en la vida. Y con toda seguridad, el menor va a estar mejor en un colegio que realmente se adapte a sus necesidades.
¿Qué consejo le daría a esos padres que empiezan a ver que su hijo suspende?
Que intente identificar qué tipo de profesores tiene su hijo. (Hay muchos tipos). Después, es fundamental ir a visitar al tutor, que es la figura clave aquí. Lo primero es mostrarse colaborador y hacerle sentir que tú te vas a responsabilizar de la educación de tu hijo . Algo así como que si le suspenden a él te suspenden a ti. Que tú vas a estar ahí (preparando los deberes, estudiando los exámenes...) y que vas a hacer todo lo posible porque tu hijo alcance los niveles exigidos. Hay que transmitirle de alguna manera que tú vas a apoyar a tu hijo. Hay que plantear de alguna forma un enfoque colaborativo.
En cuanto al mensaje que le tiene que llegar al niño...
Hay que hacerlo todo de un modo «motivacional». Los castigos y los gritos no valen. Y como tú lo sabes, tienes que tratar de motivar a tu hijo, que es algo muy difícil donde no valen los enfados ni las tensiones porque te alejan de tu hijo y te impiden estar ahí con él de forma colaborativa. Para esto disponer de tiempo es imprescindible y si no lo tienes lo has de buscar. Hay que sacarlo de donde sea porque el fracaso en los estudios es un problema de por sí muy importante. Es lo primero que hay que intentar cambiar. Tu hijo tiene que entender que ambos estáis dando pedales en la misma dirección. Al principio puede que se pongan en contra pero luego se dan cuenta de que la ayuda que les prestas es buena porque consiguen cosas. Lo más difícil es el principio. A nosotros nos funcionaba levantarnos temprano los sábados y los domingos, que están descansados a primera hora.
Ahora que estamos en mitad de la Semana Santa y a la vuelta es justo el comienzo del tercer trimestre, ¿todavía podríamos decir que nunca es tarde?
Nunca es tarde pero si no se hace nada llegará un momento en el que se ha hecho tarde.
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