Diez consejos básicos para elegir el juguete perfecto

Por ejemplo, la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) recomienda que en el primer año de vida, el bebé reciba juguetes que estimulan el movimiento y que son agradables para el tacto y la vista. Entre uno y tres años el entorno familiar tiene un papel muy importante y destacan los juguetes que fomenten la relación entre los miembros de la familia, como juegos de mesa sencillos. Entre los seis y diez años comienzan a jugar de manera más individualizada y autónoma. El interés se centra en las nuevas tecnologías y el deporte; y por ello, destacan los juegos electrónicos, de estrategia y reflexión, las maquetas y otras manualidades, y el material deportivo.

También, para que la tarea resulte menos complicada, Ana Muñoz, directora del departamento de Pedagogía de las escuelas Chiquitín, ofrece a los padres una serie de claves para acertar a la hora de elegir un juguete. «El juego tiene un papel incuestionable en desarrollo afectivo, motor, cognitivo y social de los más pequeños al que el juguete puede o no contribuir en función de que su elección sea adecuada», sostiene.

«A medida que los niños van creciendo, los juegos van cambiando y los juguetes deben responder a esos cambios ofreciéndoles en cada momento lo que necesitan. En la etapa de bebés los más adecuados serán aquellos que favorezcan el desarrollo de los sentidos, a partir de que comienzan a caminar se unirán todos los juguetes que favorecen el movimiento, el equilibrio. Y al finalizar esta etapa los más deseados serán todos los que propician el juego simbólico (cocinitas, muñecos)», añade.

Para acertar con esta elección, la pedagoga da los 10 consejos básicos para elegir el juguete 10:

1. Evitar el exceso: « El exceso de juguetes hace que los niños pierdan interés por todos ellos, incluso por los que le gustan e incluso disminuya su capacidad de atención», sostiene Ana Muñoz.

2. Fomentar la actividad y la creatividad: En los primeros años, el movimiento y despertar su creatividad son aspectos importantes para su desarrollo. «Los juguetes que realizan todo por sí mismos y dejan al niño en un segundo plano son los primeros que dejarán de interesarles al no suponer ningún reto al que deban responder. Cuanto menos estructurado sea el juguete, más creativo y más posibilidades de juego brinda», explica la experta.

3. Gustos y edad: Para que el juguete despierte su interés a la hora de comprar hay que tener en cuenta dos factores fundamentales que son la edad y las preferencias del niño. «Observar el juego de los más pequeños nos ofrecerá muchas pistas sobre cuál es el más adecuado para sus gustos, su personalidad y preferencias individuales», aconseja Muñoz.

4. Juegos en familia: Un aspecto importante que se debe tener en cuenta a la hora de elegir un juguete es que, además de gustarle al niño, también llame la atención al resto de la familia, así, todos estaremos más dispuestos a jugar con él.

5. Juegos caseros: A menudo, los juguetes más caros no son los más educativos ni los que más disfrutan. Una buena idea puede ser crear con los más pequeños de la casa sus propios juguetes.

6. Juguete compartido: Si la familia tiene varios hijos mayores de dos años es beneficioso comprar un juguete para compartir, de forma que aprenden a esperar, a respetar turnos y a jugar juntos para facilitar el aprendizaje y la regulación de las emociones.

7. Atención a las manos: «Cuanto más pequeñas son las manos del niño, más grandes deben de ser las piezas del juguete» para garantizar la máxima seguridad.

8. Resistencia y seguridad: Las piezas que lo componen y las posibilidades de juego que brinda tienen que ser acordes a la edad del pequeño y cumplir con la normativa europea.

9. Preguntas básicas: A la hora de elegir el regalo, podemos reflexionar un momento y preguntarnos: ¿jugará a menudo con él? ¿fomentará la creatividad? ¿cuál era mi juguete favorito a su edad?

10. Lo importante es el juego: Recuerda que el juguete es sólo el instrumento. «El mejor regalo es la atención de los padres y es positivo jugar con ellos como un medio importante de comunicación y afecto, sin dejar de favorecer el juego en solitario, necesario también para fomentar su independencia», concluye Muñoz.