Todo lo que Michelle Obama puede tratar en su biografía: matrimonio, aspiraciones políticas o racismo

Socióloga y jurista, Michelle Obama tiene mucho que contar sobre sus ocho años formando tándem presidencial con Barack Obama , pero también de su «otra» vida. La de una joven negra que quería estudiar en la elitista universidad de Princeton. La de la abogada madre de dos niñas en Chicago.

A fin de cuentas, no son pocas las inquietudes de Obama, como ya demostró durante su estancia en la Casa Blanca. Entonces abanderó la lucha contra la obesidad infantil y comenzó su lucha por los derechos de las mujeres a nivel internacional.

No son pocos los que piden a Michelle Obama que siga intentando hacer del mundo un lugar mejor, pero que lo haga desde el Despacho Oval. Su apoyo a Hillary Clinton en la campaña presidencial le otorgaron un 64% de apoyo ciudadano, más del que tuvo su marido. Poco a poco columnistas y tertulianos deslizaron la idea de que Obama podría ser la próxima candidata demócrata . Sin embargo, ella nunca se ha pronunciado sobre sus aspiraciones políticas.

Si lo hizo, en cambio, sobre las de su marido. En una extensa entrevista para «Vanity Fair» en 2007, Michelle reconoció que la decisión de su marido fue «repentina» y que le pidió que no se lanzara a la carrera presidencial, después de las dificultades que atravesaron para convertir a Obama en senador por Illinois. Sin embargo, acabó cediendo porque «estábamos tratando de lograr algo en lo que creo» .

Durante ocho años, Michelle Obama tuvo que dormir « en una casa construida por esclavos» , como se refirió a la Casa Blanca durante la Convención Demócrata. Un hecho importante para ella, ya que un estudio genealógico realizado por «The New York Times» afirma que Michelle es descendiente de una esclava originaria de Carolina del Sur.

Se llamaba Melvinia y pertenecía a un terrateniente de dicho estado sureño. Tras su fallecimiento, Melvinia fue enviada a Georgia, donde conoció a un hombre blanco y se quedó embarazada. Su hijo, Dolphus T. Shields , es antepasado de Michelle.

La ex primera dama nunca confirmó este hecho, pero si contó cómo sufrió el racismo en su propia piel. Uno de los momentos más dolorosos lo vivió con 17 años, cuando se mudó al campus de la Universidad de Princeton . La madre de su compañera de cuarto exigió a la universidad -sin éxito- que cambiaran a su hija, porque no quería que tuviera una compañera negra.

«Esas experiencias me hicieron mucho más consciente del hecho de ser negra» , explicó Michelle en la introducción de su tesis de licenciatura, con la que se graduó cum laude en sociología especializada en Estudios Afroestadounidenses.

Pero si hay un capítulo contado hasta la saciedad que seguro no falta en la biografía de Michelle, ese es el de cómo conoció a Barack Obama . Ella era su jefa en un despacho de abogados de Chicago, donde el joven llegó para hacer unas prácticas estivales.

Barack tenía 25 años y Michelle 28. No le costó al joven reunir el valor necesario para invitar a una cita a su jefa, un plan que ella rechazó una y otra vez por parecerle inapropiado salir con un becario . Al final, accedió a una noche de cine. Y el resto, es historia. Su historia.