Sara Carbonero celebra sus 36 años con una colección de ropa para niños

La vivienda de lujo donde se asienta junto a Íker Casillas y sus pequeños Martín y Lucas , ubicada frente al paseo marítimo de la exclusiva zona de Foz, le permite levantarse cada mañana con el ruido de las olas y disfrutar de unas vistas maravillosas del Océano Atlántico. Es la mejor terapia para la nueva vida que tuvo que iniciar con posterioridad al descubrimiento de la dolencia.

Ella misma ha mostrado en las redes sociales algunas imágenes de su domicilio portugués, también refugio adecuado para Íker Casillas desde que sufrió un infarto de miocardio el 1 de mayo de 2018, día señalado en su mente porque marcó un punto de inflexión en su carrera. De hecho, no ha vuelto a jugar al fútbol de manera profesional, aunque oficialmente todavía no se ha retirado .

Pero Sara está demostrando una gran determinación y entereza para salir adelante, con un cambio de valores y prioridades en su devenir cotidiano. Así, se centra cada vez más en lo esencial, en lo verdaderamente importante, comenzando por su marido y sus hijos .

La plataforma de venta de ropa Slow Love , que ella impulsó al lado de su amiga Isabel Jiménez, vive un nuevo impulso y Carbonero no ha dudado en volcarse en la primera colección de indumentaria para niños, de carácter ‘unisex’ y bajo la denominación de Little S.

La llegada de sus 36 años se produce para la estilosa periodista en unas circunstancias que invitan a pensar en ‘un nuevo amanecer’ , pues su cuerpo ha tolerado muy bien el tratamiento y, por tanto, se halla en una fase mucho más consolidada tras el susto experimentado.

Mucho han cambiado las cosas en el último año para la mediática pareja, especialmente desde que ella se encontraba en Tarifa grabando una de las entrevistas que realizaba para Mediaset y recibió una llamada diciéndole que a Íker le había dado un infarto . Aquel viaje de urgencia a Oporto para estar con él aconteció solo unos días antes de que una visita rutinaria al médico sacase a la luz su propia enfermedad. A Sara le informaron de que se le había practicado al portero un cateterismo , un procedimiento para introducirle un catéter y comprobar así el estado de sus funciones cardiovasculares. La situación se presentó como muy seria y, para colmo, después la alarma le tocó a ella. Hoy, sin embargo, todo pinta de otra manera y los dos están encantados al haberse ganado la simpatía y el cariño de los portuenses. De modo que la recuperación de Íker y Sara camina al son del fado.