El plumífero italiano de la primera dama de Francia

Pero, ¿es Moncler una marca francesa? Desde hace 25 años es una empresa italiana. Moncler, acrónimo de «Monestier de Clermont» , un pueblo francés junto a Grenoble, se fundó en 1952. La idea inicial, debido a la cercanía de los Alpes y las estaciones de esquí, fue crear sacos de dormir y tiendas de campaña para la montaña . Nacieron las primeras chaquetas para abrigar a los trabajadores de la fábrica en invierno.

El esquiador Lionel Terray fue el gran descubridor de las propiedades de estas chaquetas de plumas ligeras de oca . Encargó una serie adaptada a su deporte y, de modo espontáneo, se convirtió en asesor y «diseñador» de Moncler. Un río de expediciones de alpinismo se asocian a la marca y, durante los Juegos Olímpicos de invierno de Grenoble, en 1968 , por cercanía, buen producto y suerte, Moncler se convirtió en su proveedor oficial. De ahí al resto del mundo, en un abrir y cerrar de ojos, ya que la elite global de los deportes alpinos había conocido la marca . En los años 70, Moncler fue el patrocinador del equipo francés de esquí.

Pero en 1992 Moncler entró en bancarrota. Lo compró una empresa italiana que años después contrató a Remo Ruffini como director artístico . Y Ruffini recompró la marca en 2003, dirigiéndola del deporte hacia el sector de la moda de lujo, abriendo tiendas propias, una línea llamada «Gamme Rouge» a manos de Alessandra Facchinetti y desfilando en pasarela. En 2011, Giambattista Valli se hace cargo de la creatividad de la casa y, más tarde, Thom Browne se une llevando la «Gamme Bleu».

Las calles de Milán llevan un par de décadas llenas de señoras literalmente «embutidas» en plumíferos Moncler , principalmente en su versión de largo medio en negro o gris. Algunos son réplicas del original, pero en cualquier caso es el uniforme de invierno. Y ahora Brigitte Macron ha adoptado el estilo milanés , con la particularidad de llevarlo con minifalda y botines, un atractivo estilismo para veinteañeras que se salva porque la primera dama llevaba leotardos tupidos a modo de malla.

La prensa francesa ha criticado que hasta para pasear al perro Brigitte lleve tacones. La primera dama a buen seguro sabe que cautiva la atención de los fotógrafos con sus piernas , que Moncler es ahora un símbolo del Milán del siglo XXI y que los nuevos inversores en la empresa son de Suiza y Singapur. Quizás también sepa que Moncler acaba de despedir –en buenos términos, eso sí– a Valli y Browne. Lo que está claro es que en este momento de cambio de rumbo y estrategia, a Moncler le ha venido de perlas el empujón de madame Macron. Enhorabuena, señor Ruffini.