El piloto Miguel Oliveira se casa con su hermanastra

Sus padres se separaron en 2003 y el pequeño Miguel, con solo 13 años, se quedó a vivir con su progenitor. Primero los dos solos, pero poco después el hombre se unió a una nueva compañera, que venía con dos hijos de otro matrimonio.

Saltó entonces la chispa entre el chaval que aspiraba a piloto y Andreia , la jovencita que alegraba la casa. Se hicieron inseparables, pero no tardaron en darse cuenta de que debían experimentar su pasión en secreto porque resultaba un poco fuerte una relación entre «hermanos». Cierto que no lo son biológicamente, pero su convivencia en familia lo reflejaba así.

Con el paso del tiempo, la historia entre ambos pasó a difundirse y así han transcurrido ya once años … hasta que la «confesión» al resto del clan llegó en 2017, para confirmación de algunos y asombro de otros. La siguiente fase, reconocerlo y contarlo públicamente, tuvo lugar hace menos de un año, cuando ya estuvieron asentadas sus buenas y serias intenciones como pareja.

El momento culminante lo alcanzaron cuando, semanas después de proclamarlo a los cuatro vientos, Oliveira compartió en redes sociales que le había solicitado a su novia su compromiso en una futura boda. «Hoy, en una situación muy importante dentro de nuestras vidas, me he arrodillado frente a ella. Sí, ha sido a la antigua usanza y ella ha dicho que sí», celebró.

No ha sido un camino fácil, ya que su condición de «casi hermanos» marcaba su senda diaria. En sus inicios, se afanaban a la hora de esconder sus sentimientos, pero la confianza mutua ha ido en aumento y el apoyo de familiares y amigos no deja de crecer, por lo que desarrollan su vida con naturalidad.

Andreia ejerce como dentista y él se ha enganchado al éxito mundial sin llamar a la puerta. De hecho, su triunfo en el circuito de Spielberg lo ha encumbrado a las portadas de las revistas especializadas en motos y copa cada vez más protagonismo en la televisión portuguesa. Su meteórica ascensión al olimpo corre, por tanto, paralela a su felicidad a nivel personal, pues le proporciona el equilibrio necesario para terminar las carreras con todo aplomo .

Una popularidad que se traduce en una progresiva aceptación de los aficionados de un deporte que no disfrutaba en Portugal de un radar tan masivo como la Fórmula 1, aunque esa tendencia ha cambiado y el próximo 22 de noviembre volverá a incluirse al país vecino en el calendario de la modalidad.