Cristiano Ronaldo se escapa todas las semanas a Marruecos

Cuando sale del entrenamiento diario en la ciudad deportiva del Real Madrid, se encamina hacia la base aérea de Torrejón de Ardoz (apenas a unos minutos de la ciudad deportiva del Madrid) y allí se monta en el avión privado que adquirió recientemente por 19 millones de euros.

Ni corto ni perezoso, pone rumbo a la ciudad norteafricana, donde reside Badr Hari, un «kickboxer» con doble nacionalidad (holandesa y marroquí) del que se ha hecho inseparable.

Dos horas le lleva plantarse en Marrakech para disfrutar del buen tiempo, largas sesiones de piscina y cocina tradicional árabe. Ya de noche, Ronaldo abandona la ciudad y vuelve a Madrid a tiempo para descansar y no faltar a la mañana siguiente a la cita con Rafa Benítez y sus compañeros.

Obviamente, los fines de semana debe quedarse en España para disputar cada jornada de liga, tanto si es en en el estadio del Paseo de La Castellana como en otra ciudad. Pero Badr ya ha demostrado que no duda en devolverle las visitas en cuanto puede, como ya sucedió el día del 0-4 ante el Barcelona.

Su amistad arrancó el pasado mes de octubre durante unas vacaciones de la megaestrella . Ambos no dudan en compartir los momentos que pasan juntos en las redes sociales. Una de las primeras imágenes que llamó la atención fue cuando, hace unas semanas, el luchador sostenía en brazos a Cristiano y escribía de forma jocosa: «Recién casados. Siempre aquí para levantarta hermano», escribió el marroquí. También se pudo ver al delantero vistiendo ropas típicas de Marruecos al lado de Hari y otros amigos más.

El boxeador marroquí sabe lidiar a la perfección con los seguidores del delantero blanco y le espetó a un grupo: «No me hagáis avergonzarme. Le he dicho (a Ronaldo) que Marruecos es un país bonito y que tiene muchos fans aquí. Cuando aparezca, demostrádselo y aplaudidle; si alguien se porta mal o me molesta, le machaco».