Andrea Levy: «Tengo pareja y no es Miguel Vila de Podemos. No lo conozco»

«Antes de empezar la carrera de Derecho, ya estudiaba Protocolo y Relaciones Internacionales . Conseguí una beca para trabajar en la Generalitat. Allí estuve dos años y fue mi primer contacto con la política . Entonces lo tuve claro y desde 2013 me dedico por completo a ello », explica Levy mientras bebe una taza de café en Dray Martina . Cuando dijo a sus padres que se dedicaría a la política, sólo pudieron desearle suerte. « Ser política me hace feliz , aunque el entorno es duro y afecta la intensidad de los comentarios», reconoce.

No le preocupa ser considerada una mujer atractiva en un terreno poco dado a las alegrías con la imagen : «Está todo tan mediatizado, que entiendo el interés. En cada intervención, tu físico también acompaña a tu discurso ». Se cuida y lo reconoce: «Me encanta estar al día en tendencias y me gusta que se esté perdiendo eso de que las mujeres en política tengamos que vestir con un patrón similar, con pantalón y americana. Yo intento ir como siento », explica.

No le gusta cocinar pero le fascina comer: «mi nevera da miedo porque siempre está vacía o con alguna pizza. Solo compro lo del día, porque no paso más de tres noches en casa». Pero s i hay algo que soporte menos que los fogones, es la gente que va de lo que no es y los envidiosos. Lo que más valora es la naturalidad. El motor de su vida es la gente que la quiere y su definición de felicidad, además de su familia y los momentos de risas, es «no tener cobertura en el móvil» , dice riendo desenfadada. «Lo que más me gusta de mí es la naturalidad con la que afronto la vida. Y lo que menos, quizás, mi gran sensibilidad. Porque en el mundo de la política es difícil ya que te afectan cosas que no deberían. También reconozco que soy un poco impaciente», confiesa.

El pasado 4 de marzo, en la segunda vuelta del debate de investidura, Pablo Iglesias enmudeció al Congreso y a media España con sus cinco minutos de intervención: «No está entre mis funciones de presidente del grupo controlar la virtud de mis diputados, así que si quieren conocerse pongo a disposición mi despacho», soltó r efiriéndose a su parlamentario Miguel Vila y a Andrea Lev y . Pocas horas antes, ella había confesado en televisión que « hay uno que me gusta pero no sé cómo se llama, con el pelo largo . De Podemos. Está bien. Pero sin coleta». « ¡Qué me dices! Me ha subido la moral. Me halaga », replicó el ex cámara devenido en diputado de la formación morada.

Desde ese momento hasta el día de hoy, Levy está en boca de muchos y no por su actividad política . «Fue muy desagradable e inoportuno. Tremenda la frase de su ofrecimiento a dejarnos el despacho », responde al recordar aquel momento. «Mi móvil iba a explotar. Está bien la naturalidad y el humor en los platós de televisión, pero en el Congreso los ciudadanos esperan mucho más de nosotros. Iglesias sacó de contexto unas declaraciones que hice sobre Miguel Vila en un programa de humor . Me preguntaron, entre otras tantas cosas, que quién me parecía más guapo. Y me vino él, sin más. También dije que Pablo Casado es el más simpático y pasó por completo desapercibido. Jamás me imaginé que algo así podría trasladarse a un debate de investidura», cuenta.

La broma se convirtió en la comidilla del Congreso de los Diputados durante días . «Por suerte me sentí arropada por mi partido y la gente que me quiere , porque desde ese momento no he dejado de ver noticias en prensa con muchas mentiras. Jamás he cruzado palabra con Vila ni nos hemos visto nunca. Pero verme envuelta en páginas y páginas de inventos con esta historia es muy fuerte, porque no sólo me afecta a mí. Afecta a mi familia y a mi pareja, y por ahí sí que no paso . Y, sí, tengo pareja y no es Miguel Vila», aclara.

Al día siguiente, Iglesias se disculpó con un mensaje de móvil . «Ya está solucionado», dice ahora Levy, reconociendo que el líder de Podemos sabe que no estuvo afortunado. «Esta polémica no ha afectado a mi vida privada, porque mi pareja sabe dónde estoy y se lo tomó con humor», confiesa. Algunos medios aseguran que sale con el escritor, periodista y polemista Enric Vila, declarado independentista catalán. Ella ni confirma ni desmiente, pero da pistas. «No creo que para enamorarse haya que tener la misma ideología. Es cierto que unos principios y valores comunes tiene que existir, pero creo firmemente en que se puede compartir una vida desde puntos de vista diferentes».

Levy es activa en las redes sociales y le gusta personalizarlas: «intento darles mi toque, poner qué hago, qué leo o qué música estoy escuchando. Si algo rechazo de ellas, es que todo radique en un tuit para muchos, ya que se pierde el tiempo de reflexión y valoración que necesita la política. Enseguida buscamos el titular», afirma con seriedad. « Ha habido comentarios que me han dolido mucho . Con lo que más se meten es con mi físico, pero he aprendido a bloquear a esas personas tóxicas y quedarme con lo bueno. Además, confieso que algunos mensajes son tan fuertes que se los mando a mi grupo de amigas y nos echamos unas risas», revela la joven abogada.

Lo que más le llena de su trabajo es tener la oportunidad de cambiar las cosas y transformar los anhelos de la gente en realidad. Pero para eso es fundamental tomarte en serio lo que haces y creer firmemente en tus ideas. «Reconozco que cada vez soy más temperada. Huyo de las trincheras políticas y en creer que solo yo tengo la razón y el otro no . Escucho más e intento que entre todos construyamos», afirma.

Aunque si algo tiene la joven política es desparpajo y sentido del humor. Es espontánea y no teme responder a nada con total sinceridad . Tampoco se corta hacer un doble grito de guerra para terminar la entrevista: «¡Lo más importante es disfrutar de la vida al 100 por 100!» y «España es un gran país y merece que todos trabajemos por él».