Luz azul, ¿de verdad es tan dañina para la piel del rostro?
Belleza
La luz que emiten las pantallas puede acelerar el envejecimiento y empeorar las manchas de la piel, según los expertos
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Iniciar sesiónLa radiación solar se ha convertido en el principal enemigo de la piel. Los expertos afirman que es responsable del 80% del envejecimiento cutáneo, provocando manchas, pérdida de colágeno y elasticidad, arrugas profundas y flacidez. Aunque la luz ultravioleta es la ... más dañina y hasta ahora la más conocida y contra la que protegían tradicionalmente las cremas solares (con sus filtros UVA y UVB), cada vez se presta más atención tanto a la luz visible como a la infrarroja. Dentro de la luz visible se encuentra la luz azul, emitida por el sol, pero también por diversos dispositivos como los móviles, las tablets o los televisores. En la sociedad actual es habitual pasar horas frente a estos aparatos. Para proteger contra sus posibles daños cada vez existen más cosméticos. Pero, ¿se trata de una simple acción de marketing de las firmas cosméticas o es realmente necesario protegerse frente a la luz azul?
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¿Qué daños provoca la luz azul en la piel?
La doctora Natalia Jiménez, dermatóloga del Grupo Pedro Jaén La Moraleja, afirma que «la luz azul tiene capacidad para acelerar el envejecimiento de la piel favoreciendo el estrés oxidativo, responsable del aspecto acartonado de la piel, de la pérdida de luminosidad, de la flacidez y de la aparición de arrugas».
Por su parte, la dermatóloga María Vitale, directora médica del área de Dermatología de Cantabria Labs, asegura que «la luz azul induce la activación de la melanogénesis, por lo que al aumentar la melanina provoca la aparición de manchas en la piel y al mismo tiempo disminuye la producción de colágeno y altera las acciones de las metaloproteinasas. Los efectos más visibles ante una exposición intensa y prolongada están relacionados principalmente con la aceleración del envejecimiento cutáneo y con la aparición de manchas hiperpigmentadas».
Además, la doctora María Rosa García Maroto, directora médico de Medicina Estética de Clinique La Prairie Madrid, añade que la luz azul también provoca cansancio. «El uso continuado de pantallas provoca insomnio por la sobreexcitación lumínica. Este cansancio produce deshidratación de la piel y pérdida de colágeno».
La doctora Natalia Jiménez asegura que «se sigue investigando el papel de la luz azul emitida por los dispositivos electrónicos no solo porque tenga capacidad para penetrar en las capas profundas de la piel, sino porque cada vez se está más tiempo expuesto a fuentes de luz azul a lo largo del día y además esta exposición se concentra únicamente en el entorno de la cara».
La luz azul no afecta a todos por igual
Mientras que los rayos UV pueden resultar más dañinos para personas con pieles claras, Myriam Yébenes, directora del Instituto de Belleza Maribel Yébenes, explica que «las pieles con un fototipo de piel más alto, así como las embarazadas y las personas que se hayan realizado un peeling tienden a sufrir más por la luz azul». La doctora Natalia Jiménez añade a «las personas con alteraciones de la pigmentación, melasma, manchas previas o que sufran patologías que hagan que su barrera cutánea no esté en condiciones óptimas (rosácea, dermatitis atópica, piel sensible…)». Sin embargo, en general, y dependiendo del grado de exposición, cualquiera puede sufrir los efectos dañinos de la luz azul.
Cómo protegerse de la luz azul
Limitar la exposición a las pantallas o utilizar el modo nocturno en la pantalla del móvil es el punto de partida para evitar los daños de la luz azul en la piel del rostro. Además, los expertos aconsejan utilizar a diario protectores solares de amplio espectro, es decir, que protejan frente a las radiaciones UVA, UVB, infrarrojo y luz visible (algo que debe se debe indicar expresamente en el envase) y reaplicar cada dos horas. La doctora Natalia Jiménez se muestra tajante: «los dermatólogos recomendamos usar fotoprotectores todos los días del año, incluso si no se sale a la calle y se trabaja en casa frente a una pantalla».
Además de la protección, la dermatóloga María Vitale aconseja «seguir una rutina específica de limpieza suave de la piel, y haciendo especial hincapié en la hidratación con fórmulas que contengan antioxidantes como la vitamina C, E, el ácido ferúlico o Edafence®».
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