Patricia Guasp, la voz amable y firme para reflotar Ciudadanos

Guasp es actualmente la coordinadora de Cs en Baleares —líder autonómica— y la portavoz de la formación liberal en el Parlamento regional. Esas dos tareas las ha compatibilizado durante meses, sin arrugarse, con su labor como una de las integrantes del equipo para la refundación que nombró la presidenta saliente, Inés Arrimadas. «Tiene una gran capacidad de trabajo y demuestra una disponibilidad total», dicen fuentes de su entorno, en conversación con este diario.

Madre de dos hijos, Guasp fue, junto a Adrián Vázquez según las fuentes consultadas, «el motor del equipo para la refundación», gracias a una dinámica trabajadora que, subrayan, «ha funcionado muy bien». La coordinadora en Baleares formaba parte del Comité Ejecutivo de Arrimadas, al contrario que Vázquez, pero no del núcleo que participaba en la toma directa de decisiones.

Licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, se especializó después, en francés, en Derecho Europeo y Unión Europea por el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad Libre de Bruselas. Fuera de la política cuenta con diez años de experiencia en el sector público y ocho en el privado, en el ámbito de la asesoría legal, en PwC Tax & Legal Service. Además, participó en un programa de prácticas en el Comité de Regiones de la Comisión Europea. Está especializada en Derecho Europeo, Mercantil y Administrativo.

A Cs se afilió en 2017, el año de la histórica victoria de Arrimadas en Cataluña. En Baleares, desde las elecciones de mayo del 2019, «se ha bregado mucho», comentan en el partido, en su labor de oposición a la socialista Francina Armengol. Tiene principios liberales férreos, pero «alejados del dogmatismo».

«Su paso por la consultaría deja la huella de tenerlo todo muy medido, prepararlo todo bien, con antelación, calendario y pedir informes para todo. Es similar en la mecánica de trabajo a Arrimadas», apunta una persona que ha estado trabajando con ella, codo con codo, en el proceso de refundación de Cs.

Con su principal rival en las primarias, Edmundo Bal, comparte su devoción por el Atlético de Madrid. Sufridora, pues, está preparada para el difícil trabajo que le espera. Es aficionada, además de al fútbol, al tenis. Y entre sus pasiones enumera la escritura, los viajes y la política europea. En cuestiones gastronómicas, la comida asiática ostenta un lugar especial para ella, con la japonesa en la cúspide de la pirámide.

De ella resaltan en su entorno que es una mujer «valiente», con «gran capacidad de liderar equipos y gestionar proyectos», y que ante todo es «buena compañera». En esta campaña de primarias, sobre todo en el debate entre los candidatos a portavoz político, en Madrid, demostró su capacidad para lanzar pullas a sus oponentes sin elevar los decibelios. «Sin perder la educación y el respeto, pero demostrando actitud y personalidad», apuntan algunas fuentes, aunque otras creen que pecó de agresividad en el contenido de sus críticas hacia Bal; nunca en las formas.

En Baleares, exponen fuentes cercanas a la dirección de Cs, «son una piña» en gran parte gracias a ella. «Son una familia bastante bien avenida. Todos son parte de algo más que un proyecto político». Esta consultora, la nueva voz amable, pero firme, de Ciudadanos, tiene por delante la casi imposible misión de reflotar un partido en horas bajas.

Ella se presentará a las elecciones autonómicas en Baleares, donde seguirá como portavoz parlamentaria al menos hasta la cita con las urnas, y después, si cumple su compromiso en el debate de la campaña, optará en primarias a ser la candidata de Cs a presidir el Gobierno de España. No es cosa menor.