García Marcos: de azote de la corrupción a tránsfuga y reclusa

A la par que su carrera profesional, comenzó a descollar en el seno del PSOE, hasta que en 1991 fue reclutada para cambiar la imagen del partido en Marbella. En 1998 fue designada además por la dirección provincial socialista como candidata a la Alcaldía marbellí, en el que supuso el inicio de su lucha encarnizada contra el gilismo.

Pese a sus malos resultados electorales, fue elegida para formar parte del gobierno de la Diputación provincial, momento clave en la trayectoria de García Marcos, pues fue ahí cuando empezó a desviarse del camino recto, como demuestran las acusaciones de enchufismo o de amaño de exámenes de ingreso que culminaron con su cese en el año 2000.

En el 2003 concurrió de nuevo a los comicios municipales y fue de nuevo derrotada. Harta de estar en la bancada de la oposición y frustrada por no poder hacer frente al Gobierno del GIL, Isabel García Marcos se dejó reclutar por Roca para derribar a Julián Muñoz de la Alcaldía.

«La Rubia» decidió cambiar de chaqueta y darle su voto en la moción de censura a Marisol Yagüe, convirtiéndose además en la primera teniente de alcalde de la ciudad. Como anécdota, hay que indicar que la mañana previa los firmantes recibieron como incentivo un maletín Louis Vuitton que contenía una cantidad indeterminada de dinero.

El objetivo de García Marcos en esta nueva etapa era enriquecerse a toda costa, gracias a tratos como los que entabló con Francisco García Lebrón, director comercial de Aifos. La empresa requería de una licencia para el Hotel Guadalpín Banús y tenía además en marcha la promoción Señorío de Guadaiza, que se publicitó con el rostro del mismísimo Julio Iglesias, así que el acuerdo con el Consistorio fue ventajoso para todos. La ex edil socialista podría haber recibido hasta 300.000 euros como pago por las licencias, dinero que guardó bajo la cama de su casa en el exclusivo barrio malagueño de El Limonar.

Viaje de bodas truncado

La operación «Malaya» cogió por sorpresa a García Marcos, que fue detenida en marzo de 2006 a su llegada al Aeropuerto de Málaga procedente de Moscú, donde había pasado su luna de miel. Junto a Yagüe y a alguna otra imputada formó en prisión el grupo de «las chaneles», llamadas así por el resto de reclusas a causa de sus aires de altivez y arrogancia.

Tras salir en libertad bajo fianza de 60.000 euros en septiembre de 2006, García Marcos se reincorporó al SAS, puesto que tenía antes de dedicarse a la política. «Ahora los presos políticos ya no son etarras, son las ‘malayas’ y los ‘malayos’», dijo a su salida de prisión.