«CASO MALAYA»
Juan Antonio Roca: la ambición que pudo reinar
El ex asesor de Urbanismo llegó a Marbella casi con lo puesto y logró gracias a su ingenio convertirse en el alcalde en la sombra
Francisco Javier Flores
La historia de Juan Antonio Roca se asemeja a uno de esos relatos de ambición propios del «American way of life», sólo que a la española. Llegó a Marbella sin apenas nada desde su Mazarrón natal y a lo largo de varias décadas logró gracias ... a su ingenio convertirse en el hombre fuerte de Jesús Gil y, posteriormente, en el regidor en la sombra de los designios urbanísticos de Marbella.
De hecho, el planeamiento irregular del municipio costasoleño se debe en gran medida a sus gestiones siempre interesadas, primero al frente de la empresa municipal Planeamiento 2000 y desde 1992 como gerente de Urbanismo. Por sus manos han pasado alrededor de 600 convenios urbanísticos, entre ellos algunos tan polémicos como la construcción del centro comercial La Cañada en suelos rústicos.
El ex asesor de Urbanismo creó además una red societaria a través del bufete de abogados Sánchez Zubizarreta & Soriano Pastor, que usaba presuntamente para enmascarar su patrimonio mediante la adquisición de antiguos palacetes que luego eran restaurados y reconvertidos en hoteles. Todo este flujo de dinero negro quedaba registrado en la sociedad privada Maras Asesores S.L., donde en abril de 2006 se halló la contabilidad interna de las empresas de Roca.
Nada parecía pasar en Marbella sin que Roca se enterase, como han afirmado muchos testigos y acusados a lo largo del juicio de «Malaya». Tanto es así, que cuando en 2003 el por entonces alcalde Julián Muñoz lo despidió de su cargo al frente de la Gerencia de Urbanismo, el «capo», como lo llamaban algunos, gestó a la velocidad del rayo una moción de censura. Logró así que la Alcaldía cambiara de nombre, pero no el poder, que siguió estando en sus manos, aunque esta vez como asesor.
Sin embargo, en el año 2006 llegó la debacle, puesto que la operación policial de «Malaya» tumbó al Ejecutivo marbellí y mandó a Marisol Yagüe, Isabel García Marcos y al propio Roca a prisión, de donde salió durante un breve periodo en 2008. En marzo de 2010 la Audiencia de Málaga le confirió la libertad provisional al haberse cumplido el plazo máximo establecido por ley. Pese a ello, el ex asesor de Urbanismo sigue en la cárcel de Albolote (Granada).
Desde un primer momento, la táctica seguida por la defensa de Roca fue negar la evidencia. Sus abogados pidieron la suspensión del juicio antes de su comienzo y la nulidad de las escuchas telefónicas relacionadas con el ex asesor de Urbanismo, al considerar que se habían vulnerado sus derechos fundamentales.
El 7 de noviembre de 2011 y ante la rotundidad de los cargos que pesaban sobre él, Roca admitía por primera vez que había cobrado hasta 33 millones de euros de manos de varios promotores urbanísticos y que a su vez entregó a los ediles marbellíes tres millones de euros en sobres
Siguiendo esta línea, de gran interés fue el careo que tuvo lugar el 22 de febrero de 2012 entre el ex asesor y Marisol Yagüe y en el que discreparon acerca de los 1,8 millones de euros que supuestamente pagó el primero a la segunda. «Lo siento, cariño, pero no puedo estar de acuerdo en que no te entregué dinero», dijo Roca, a lo que la ex regidora constató: «Él sabe que lo quiero mucho y que quiero que salga mañana de la cárcel, pero no me entregó nada».
Una inmensa fortuna
Juan Antonio Roca logró amasar una inmensa fortuna personal gracias a la corrupción urbanística auspiciada por él en Marbella. Muy reservado en relación a su vida privada, el ex asesor de Urbanismo era propietario junto a su mujer, María Rosa Jimeno, de una casa en la Cala d´Or de Palma de Mallorca; dos viviendas en Marbella; una finca agraria en Murcia, un piso en la urbanización Las Cañas, una finca en Jimena de la Frontera y dos apartamentos en Madrid, uno en Príncipe de Vergara y otro en Goya.
Además, Roca era propietario de la ganadería Marqués de Velilla, compuesta por un centenar de caballos pura sangre; aficionado a pilotar helicópteros; a cazar osos y realizar safaris en Kenia; y poseedor de una amplia pinacoteca. Por desgracia, el dinero no hace el buen gusto, como demuestra el hecho de que un cuadro de Miró decorara uno de sus muchos cuartos de baño. Vanidad de vanidades…
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