Caso Malaya: Tres ausentes que evitaron el cerco policia

Fernández es sin duda alguna el más mediático. Su fuga fue ciertamente surrealista. Cuando se desencadenó la operación policial contra la corporación marbellí de entonces, Fernández estaba fuera de la provincia, iniciando el Camino de Santiago junto a su hermano. No dudó en atender telefónicamente a los medios de comunicación y aseguró a todos que estaba buscando la forma de desplazarse a Málaga para presentarse ante la justicia. Todo era mentira. Ganaba tiempo para trazar una huida que se fraguó contrarreloj.

Según las fuentes policiales consultadas, Carlos Fernández dejó España en coche con la ayuda de terceras personas y, una vez en uno de los dos países limítrofes (Portugal o Francia), viajó en avión hasta Argentina.

Los investigadores establecen el nexo del ex edil con el país sudamericano a través de una compañera sentimental y de una serie de favores que supuestamente hizo a personas de esta nacionalidad cuando estaba en la cúspide del poder marbellí.

Las fuentes consultadas explicaron que tienen la certeza de que Fernández se encuentra escondido en una zona interior, aunque reconocieron las grandes dificultades que tienen para localizarlo debido a que se trata de una vasta extensión de terreno y que posiblemente haya cambiado su fisonomía.

No obstante, los días posteriores a su fuga se especuló con otras hipótesis más remotas. Una de ellas es que el ex concejal, que trazó la mayoría de su carrera política en el PA, en realidad estaba colaborando con la Policía en calidad de testigo protegido, pero este extremo fue desmentido por la Fiscalía Anticorrupción. Otra versión apuntaba a que Fernández nunca había abandonado el país y recibía la ayuda de gente de su entorno. Y la más increíble, auspiciada por un programa del corazón, pero que llegó a movilizar a los agentes, era que estaba oculto en un convento.

Los investigadores saben que es difícil, pero piensan que el ex edil cometerá un fallo con el que delatará su posición. Sobre él pesa una orden de búsqueda y captura internacional y consideran que ésta se ejecutará algún día.

Carlos Fernández está considerado presunto autor de cinco delitos de cohecho, prevaricación, contra la ordenación del territorio, malversación de caudales públicos y fraude. El sumario de «Malaya» lo señala como una de las personas que cobró en sobornos importantes cantidades de dinero de la caja B de Juan Antonio Roca para que agilizase convenios urbanísticos.

Poco o nada se sabe de los otros dos fugados. Este tupido velo no sorprende tanto en el caso de José Manuel Llorca Rodríguez, un empresario también vinculado al «caso Fórum Filatélico», al que se le considera el «lavador del dinero negro» y acostumbrado a moverse en aguas turbulentas, pero sí en la figura de Javier Landínez. Mientras que distintas informaciones situaron a  Llorca en sudamérica –principalmente en Venezuela-, nada se supo del exconcejal.