Las siete preguntas y respuestas sobre el escándalo Pegasus

Según informó el ministro de Presidencia, Félix Bolaños , entre mayo y junio de 2021 se consumaron incursiones en los móviles tanto del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , como de la ministra de Defensa, Margarita Robles . No existen pruebas de intrusiones posteriores.

El ‘spyware’, desarrollado por la empresa israelí NSO Group , no requiere necesariamente ninguna acción del usuario para acceder a un móvil. No obstante, Pegasus puede recurrir al ‘phishing selectivo’: envía un mensaje con el que solo al hacer clic puede acceder al terminal . También puede instalarse a través de una llamada , sin necesidad de ser respondida; mediante un transceptor inalámbrico o de forma manual en el propio teléfono.

Exactamente, Pegasus extrajo 2,6 gigas del teléfono de Sánchez en mayo de 2021 y 130 megas en junio. Del móvil de Robles se sacaron datos una sola vez, 9 megas de información. Ahora bien, no es tan importante cuánta información se ha extraído sino qué tipo . Según explica Josep Albors, jefe de investigación de la empresa de ciberseguridad ESET, Pegasus es capaz de filtrar todo tipo de información, puede activar el micrófono o la cámara y grabar. Es capaz de acceder a fotos, vídeos o mensajes, entrar en redes sociales, en la lista de contactos o ver las citas que están en el calendario. Y, obviamente, puede intervenir las llamadas.

Según desveló The Washington Post hace un año al menos 3 presidentes (jefes de Estado) 10 primeros ministros y un rey han sido espiados por Pegasus. Los tres presidentes en activo posiblemente espiados fueron: Emmanuel Macron (Francia), Barham Salih (Irak) y Cyril Ramaphosa (Sudáfrica). Los 10 primeros ministros espiados fueron: Imran Khan (Pakistán), Mustafa Madbouly (Egipto), Saadeddine El Othmani (Marruecos), estos todavía en funciones; y Ahmed Obeid bin Daghr (Yemen), Saad Hariri (Líbano), Ruhakapa Rugunda (Uganda), Bakitzham Sagintayev (Kajztán), Nuredin Bedui (Argelia) y Charles Michel (Bélgica), ya ninguno en el cargo. Y por último el rey de Marruecos, Mohamed VI , según la investigación del consorcio de periodistas, también habría sufrido espionaje.

En julio de 2021, cuando el diario francés ‘Le Monde’ desvelaba que el presidente galo Emmanuel Macron había sido víctima de un espionaje y que su teléfono móvil estaba infectado con el ‘software’ israelí. Y no solo el suyo, sino también el de catorce miembros de su Gobierno. Según la investigación del diario parisino en consorcio con Forbidden Stories y Amnistía Internacional, el número de Macron formaba parte de una lista de teléfonos seleccionados por el servicio de seguridad marroquí, algo que desde Rabat siempre han negado.

La infección al teléfono de Macron se produjo en 2019, en un contexto agitado en el norte de África con Argelia –enemiga íntima de Marruecos y donde Rabat siempre ha tenido puestos los ojos para controlar las relaciones entre París y Argel–, en plena crisis institucional, a las puertas de una gira africana de Macron. Tras las publicaciones periodísticas, una fuente del palacio del Elíseo y recogido por el diario parisino tildó de «muy graves» estos hechos y afirmó que «se hará toda la luz sobre estas revelaciones de prensa».

Según las investigaciones de Forbbiden Stories, solo el cliente marroquí de NSO Group seleccionó más de 10.000 números de teléfono para vigilar durante un periodo de dos años . Y es conocido el espionaje a periodistas, abogados, opositores y defensores de los derechos humanos por parte de la seguridad marroquí.

Una vez puesto en manos de la Audiencia Nacional (AN) , la denuncia entra en decanato y se decide qué juez se encargará de abrir diligencias. Lo normal es dar traslado a la Fiscalía para que informe sobre la admisión a trámite y la competencia de la AN para investigar el asunto. Una vez admitida, deberá analizarse la documentación aportada por el Gobierno y pedir informes a las unidades policiales oportunas.

Los teléfonos de los miembros del Gobierno, a la hora de tener una mayor seguridad poseen de doble encriptación. Además, para controlar y evitar ataques a los dispositivos más sensibles, las principales instituciones del Estado tienen unas auditorías de seguridad de sus propias terminales que son capaces de detectar si sus terminales han sido víctimas de una intrusión. Si lo han sido, de inmediato comunican la incidencia al Centro Criptológico Nacional.