Trump le saca a Apple 600.000 millones para fabricar más en EE.UU.
El acuerdo incluye que la compañía traerá parte de la cadena de suministro al país
Trump amenaza con un arancel del 25% al iPhone si Apple no los fabrica en EE.UU.
Corresponsal en Washington
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Iniciar sesiónDonald Trump se anota otro tanto en su cruzada por incrementar las inversiones empresariales en Estados Unidos. Este miércoles anunciará que Apple, la gran tecnológica californiana, invertirá 100.000 millones de dólares adicionales en su país, una cifra que eleva su compromiso total a ... 600.000 millones en cuatro años.
El acuerdo incluye un nuevo plan con el que la compañía traerá parte de su cadena de suministro al país y empujará a otros fabricantes a hacer lo mismo, reduciendo su dependencia de otros mercados como el chino.
La Casa Blanca presenta el anuncio como una victoria directa de la política de presión del presidente. En mayo, Trump amenazó a Apple con aranceles del 25% si seguía trasladando producción fuera de EE.UU., especialmente a India.
En un discurso en Qatar, llegó a decir que tenía «un problema» con Tim Cook por expandirse en Asia. En contraste, elogió al jefe de Nvidia, Jensen Huang, por acompañarle en un viaje a Oriente Próximo. «Tim Cook no está aquí, pero tú sí», le dijo entonces, una señal de apoyo directo a su estrategia.
Apple ya había prometido a principios de año 500.000 millones y la creación de 20.000 empleos, incluyendo una planta nueva en Texas para fabricar máquinas destinadas a su apuesta por la inteligencia artificial. La diferencia es que ahora Trump exige resultados concretos y lo hace bajo amenaza de sanciones, su nuevo vehículo favorito de presión.
El nuevo programa industrial servirá, según la Casa Blanca, para «relocalizar componentes críticos que refuercen la seguridad económica y nacional», a falta del detalle de la empresa. Apple mantiene vínculos con miles de proveedores y emplea a más de 450.000 personas en los 50 estados. La empresa no ha cumplido del todo compromisos similares en el pasado, pero esta vez la presión es mayor y el calendario electoral pesa.
Lo hace cuando entran en vigor, este 7 de agosto, los nuevos aranceles anunciados por Trump, de diversos porcentajes dependiendo de cada mercado. La técnica favorita del presidente es amenazar con aranceles elevados para dejarlos entre un 10 y un 20% y la promesa de inversiones milmillonarias, como en el caso de la Unión Europea.
Trump busca así consolidar su narrativa de recuperación industrial y castigo a las multinacionales que producen fuera. El mensaje es claro: fabricar en EE.UU. no es una opción, es ahora una obligación. El anuncio de hoy sirve tanto para apuntalar esa idea como para lanzar una advertencia. La Casa Blanca quiere más inversión, más empleos y menos iPhones hechos en China.
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