CON PERMISO
Sánchez se va a Davos a hablar de «un mundo fracturado»: nadie mejor
El presidente del Gobierno cuenta los días para 'falconear' hacia Davos. Pedro Sánchez interviene el día en que la temática del foro suizo es «La cooperación en un mundo fracturado». De lo primero no sabemos; de fracturar es una autoridad. Todo sea por una foto blanqueadora junto con los grandes empresarios
El Gobierno evita rechazar las potenciales sanciones a empresas que no retornen a Cataluña pero garantiza «seguridad jurídica»
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Iniciar sesiónAtrás, muy atrás, quedan los tiempos en que la calidad del sanchismo se medía por la intensidad de los aplausos de aquellas jornadas que se organizaba a mayor gloria junto a empresarios y patronal. Hoy sabe que tendría difícil llenar el aforo y, como experto ... en hacer de la necesidad virtud, prefiere coger su Falcon y poner rumbo a Davos para autorregalarse una foto con los grandes empresarios, los mismos a los que ha insultado con su monserga de codiciosos con puro y chistera.
Pedro Sánchez interviene en el prestigioso foro suizo el próximo miércoles 17, entre las 16:45 y 17:15, a la jornada en la que el eje central de debate es «un mundo fracturado». Cabe imaginarse la alegría del mandatario al enterarse de la temática, que le viene como un guante y costaría encontrar voz más autorizada en la materia para ilustrar a los asistentes. Maestro en fracturas y doctor en murología, el presidente del Gobierno ve una oportunidad de oro para hacerse una fotografía justo después de su intervención, a puerta cerrada (bueno, pero con cámaras, claro, que necesita que la imagen rule) con el Ibex 35. O el 33, o 32, o... vete tú a saber claro, porque a buen seguro que algún que otro alto ejecutivo de los que habitualmente se pasan por Davos quizás no reciba la invitación dorada monclovita, o alguno 'motu proprio' decline la ¿codiciada? convocatoria. Me vienen a la mente un par de nombres que para el inquilino de La Moncloa son, digamos, incómodos: Rafael del Pino, presidente de Ferrovial, por ejemplo; o el de Iberdrola, Ignacio S. Galán, que ya el año pasado no acudió a la llamada de Palacio. Veremos.
El caso es que después del sainete del pasado miércoles en el Senado, de entrar al juego de forzar la vuelta de las empresas que se vieron obligadas a dejar su sede de Cataluña, y tras imponer una subida del salario mínimo interprofesional (SMI) del 5% sin diálogo social ninguno, Sánchez y su equipo de opinión sincronizada se plantarán en Davos para reunirse con los empresarios. A esta hora desconocemos aún si lo hará con verificador. Todo muy edificante.
Con la misma frialdad que intentó buscar el apoyo del Partido Popular a sus decreto-trágalas, con idéntico desparpajo que hace un par de días presumía ante los inversores de que España goza de enorme seguridad jurídica y certidumbre empresarial, ahora explicará a su entregado público suizo que quien critica a empresas y empresarios no es él, sino la derecha reaccionaria y cavernícola, y que quien ha dejado contra las cuerdas a miles de pequeñas y medianas empresas y autónomos con la subida del SMI tampoco es él, sino que es el ala más izquierdosa, que es «cosa de Yoli». Hay que reconocerle el mérito: ha usado el brazo de un muerto (Podemos) para dejar cadáver a su socios de Sumar, arruinando el decreto laboral de Díaz. Y una piensa que por Ione Belarra y otra por Díaz. Detrás de todo está Sánchez, 'of course!', todo un 'serial killer' (recuerden, se 'cargó', entiéndanme el verbo eso sí, a Rajoy, a Rivera, a Casado, a Iglesias y ahora va a por Díaz), silbando y de rositas, de merienda con el Ibex.
Y mientras nuestro 'fracturator' nos habla de cooperación y valores democráticos -ya lo verán-, lo que queda de fondo es la extorsión más terrible al tejido productivo, con el conglomerado de La Caixa como la gran pieza que el independentismo quiere cobrarse con la ayuda del sanchismo. Ahí hay para todos. Ya me contarán cómo se come eso de premiar la vuelta de compañías a Cataluña sin castigar a más comunidades autónomas que deberían dejar, sobre todo porque aquí no ha habido fuga de centros productivos sino simples cambios de sede. Forzados precisamente por la fractura creada por los compañeros de viaje de Sánchez. Seguro que la respuesta es tan sencilla y racional como la que tendrán preparada para explicarnos dónde piensan pasaportar los chicos de Junts a los inmigrantes que declaren 'non gratos'.
Entre foto y foto se avecina el tocomocho de la balanza fiscal, otra extorsión separatista con la que unos pretenden justificar el «España nos roba» y otros, el PSOE S. A., seguir echados al monte como El Tempranillo y Luis Candelas. Nada, nada, son fruslerías y bagatellas de quienes no nos integramos en el maravilloso mundo de concordia y reencuentro sanchista. ¡A fracturar, a fracturar, que el mundo se va a acabar!
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