La gran empresa capta casi 618.000 empleos perdidos por las pymes en los últimos cuatro años

El termómetro más fiable para conocer cómo está sorteando este escenario el tejido productivo español está en la evolución del empleo, que si bien ha experimentado años de avance sustancial tras el primer golpe de la pandemia, y que ha conservado el ritmo de aumento también en el contexto de inflación, sí que muestra un flujo de trabajadores que va de la pequeña empresa hacia las grandes compañías, que han podido mantener un ritmo sostenido de contrataciones en un momento en que al alza de costes de producción se ha sumado un aumento de los costes laborales notable por el incremento de las bases de cotización, especialmente en los últimos dos años con la aplicación de las medidas de refuerzo de ingresos de la Seguridad Social que emanan de la reforma de pensiones aprobada entre 2021 y 2023.

Este escenario deja un resultado que advierte además de cómo la pyme está sufriendo especialmente en este contexto en el que las mayores restricciones de acceso a financiación, donde al encarecimiento por la subida de tipos de interés se suma una mayor exigencia de requisitos a la hora de la concesión de financiación por parte de las entidades bancarias, supone el golpe definitivo que está abonando este flujo de trabajadores de la pequeña a la gran empresa.

Concretamente, en base a la estadística de empresas inscritas en la Seguridad Social analizada por el Banco de España en su informe de 'Proyecciones macroeconómicas e informe trimestral de la economía española', en los últimos meses la creación de empleo ha seguido estando impulsada por las empresas de mayor tamaño. En particular, el porcentaje del total de afiliación de la economía española que aglutinan las empresas de 500 o más empleados ha pasado de un 33,2% a finales de 2019 a un 35,7% a finales de 2023 y a un 36,1% en abril de este año. En cambio, en el mismo período, el peso que en el empleo total mantienen las microempresas (de 1 a 9 trabajadores) ha descendido del 21,6% al 18,7%.

Es decir, teniendo en cuenta que en los últimos cuatro años las grandes empresas han ganado 2,9 puntos porcentuales de peso sobre el total de afiliación y que las empresas de entre 1 y 9 trabajadores han perdido exactamente el mismo volumen de empleo relativo, el flujo de ocupados asciende a cerca de 618.000 empleos que habrían perdido los pequeños negocios en los últimos cuatro en favor de las grandes corporaciones.

En este punto, el Banco de España advierte del último coste oculto que también debe afrontar la empresa, referente al apalancamiento ya casi estructural de productividad. Aquí, el supervisor señala cómo el aumento de los salarios que se está produciendo en este contexto inflacionista puede resultar en una merma de la productividad y de la competitividad de los negocios al aumentar el coste unitario, como siempre en mayor medida a menor tamaño de la compañía.

Sólo en el primer trimestre del año, los costes laborales unitarios de la economía de mercado mostraron un avance interanual del 6,2%, presionados al alza tanto por la caída de la productividad como por el aumento de la remuneración por asalariado.