ESPECIAL UNIVERSIDADES
Visiones en primera persona de un viaje transformador
Trazamos con cuatro alumnos brillantes un recorrido por lo que supone el gran salto universitario
Becas a la excelencia, el impulso con el que las mentes brillantes alcanzan todo su potencial
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Iniciar sesiónComenzar la universidad trae consigo muchas dudas e inseguridades para los alumnos que a veces se unen a los cambios de lugar de residencia. ¿Cómo serán los compañeros y los profesores? ¿Estaré bien preparado para seguir las clases? ¿He acertado en mi decisión? Son algunas ... de las preguntas más recurrentes que se hacen los nuevos universitarios en las semanas previas al inicio de las clases. Trazamos con cuatro alumnos brillantes, que se encuentran en etapas distintas de su periplo académico, del primer año al máster, un recorrido por lo que supone el gran salto universitario.
Hace menos de un año que Elena Beltrán de Tomás (Albacete, 18 años) era un manojo de nervios. Sus inseguridades le hicieron vivir la EvAU con mucho agobio, y eso que tenía muy buena media. Pero quería seguir los pasos de sus padres, ambos médicos, y sabía que necesitaba una buena nota de corte, y la tuvo, nada menos que 13,9, una de las mejores de su región. «He sido siempre exigente y he sacado buenas notas. Al ser mis padres médicos, he sentido curiosidad por esta carrera, aunque he tenido etapas en las que me gustaba más y otra menos», señala.
La dificultad para Elena no estuvo en decidir qué estudiar sino en dónde, ya que se planteó Madrid, Valencia y el Campus de Albacete de la Universidad de Castilla-La Mancha, donde finalmente se quedó y ahora cursa 1º de Medicina. «La Universidad de Albacete tiene prestigio y me permitía estar en casa», admite la joven. En su primer año está encantada, «es mucho mejor de lo que yo esperaba. Por un lado, la gente, es muy diferente, y hay muy bien ambiente. Y por otro, la forma de afrontar el temario, es más cómodo y ligero, orientado al MIR». Le gusta su horario y aunque la carga de estudio es alta, algo que sabía y que no le importa, señala que son «las bases de todo lo que tenemos que saber».
«Un alumno no se equivoca nunca al elegir estudios, siempre se puede reinventar»
Laura PeraitaVarias expertas en educación y gestión del talento explican en el foro ABC 'Cómo ayudar a nuestros hijos en la elección de su futuro profesional' cuáles son las claves para acompañar correctamente a los hijos ayudarles a decidir su futura carrera profesional
El sacar buenas notas es algo intrínseco de Elena, una joven muy disciplinada. De momento, en el primer cuatrimestre, ha tenido una media superior al 8, de lo cual está muy orgullosa. Pero cree también que «es muy importante hacer otras cosas para que no te consuman los estudios». Ella practica gimnasia rítmica desde hace años y está encantada. En cuanto al cuerpo docente, se ha encontrado con grandes profesionales, «especializados en una parte de la asignatura. Nos llegan muchos catedráticos, médicos especialistas... y tengo la suerte de que se mantiene la cercanía, somos entre 25 y 30 alumnos y se puede interactuar con los profesores». Aún no tiene decidido cuál será su especialización, aunque sus padres son internistas, y siente curiosidad, además de gustarle también la psiquiatría. Lo que tiene más claro es que quiere trabajar en Madrid, «me gusta mucho y se puede crecer en el ámbito de la ciencia. Llega mucha gente, con distintas patologías». A pesar de estar en su ciudad, ha descubierto otra forma de vivir en ella. «La facultad te ayuda a conocer a mucha gente, descubres las residencias, eres mayor de edad, descubres la fiesta y Albacete deja de ser una ciudad envejecida, tiene muchos jóvenes».
«Es muy importante tener aficiones y hacer otras cosas para que no te consuman los estudios»
Elena Beltrán de Tomás
1º Medicina en la Universidad de Castilla La-Mancha
Victoria Vélez Calatayud (Murcia, 20 años) es alumna de 2º de ADE y Marketing en inglés en el CEU San Pablo, y está inscrita en el Programa de Excelencia. Se trata de un programa que ofrece este centro universitario a alumnos con nota igual o superior a 8 en 1º de Bachillerato que les ofrece una formación adicional. Victoria por ejemplo está estudiando chino. Su media en el Bachillerato fue de 9,8 y en la EBAU tuvo un 13,1. Ella sabía que quería hacer un doble grado en ADE, y el Marketing siempre le llamó la atención. Además, su programa es totalmente en inglés. Se vino a vivir a Madrid y está en una residencia, por lo que ha sido un gran cambio para ella, pero está muy satisfecha de su elección. «En el CEU siento que estoy viviendo una experiencia universitaria plena. Es muy versátil, ofrece actividades muy diversas que se adaptan a todos los cursos. A nivel académico es muy completa, porque hay un trato muy cercano con los profesores, eres alguien, no un número más y te ayudan. Al principio de curso te nombran a un tutor/mentor que te acompaña en tus primeros pasos», explica la joven. Y luego está la parte más allá de la académica. «Yo soy muy activa, participo en muchas actividades variadas y esta universidad satisface mis inquietudes», indica Victoria. Le gusta escuchar a profesionales de primer nivel que van a su campus a dar charlas, «son CEOs, directivos de marketing…. y es muy motivador ver cómo alguien que ha sido como tú ha podido crecer».
«Agradezco no tener claro todavía en qué quiero trabajar porque estoy descubriendo muchas salidas»
Victoria Vélez Calatayud
2º ADE y Marketing CEU San Pablo
Victoria estudió el Bachillerato Internacional por lo que hizo el doble currículo y ya sabe lo que es un modelo que se basa menos en la memoria y se apuesta por la aplicación. Ahora en la universidad «me he encontrado con el sistema de hacer muchos proyectos en grupo y de hacer casos prácticos». Apoya más el sistema de aplicación, «de dejar la mente abierta y vemos la conexión entre el estudio y la empresa». Le está gustando la experiencia personal, ya que ha conocido a gente de ambientes distintos que vienen de todas partes de España y muchos son alumnos internacionales por lo que «tenerlos en clase es también un incentivo para hablar en inglés y conocer otras culturas». Dejar Murcia ha supuesto para ella salir de su zona de confort y está dispuesta a aprovechar todas las oportunidades. Al año que viene se va a ir de Erasmus a París, a la escuela de negocios ESCE. Cree que al acabar el doble grado de cinco años no va a realizar un máster, «voy a estar muy formada y espero trabajar, aunque seguiré formándome», señala. No tiene todavía claro dónde espera iniciar su trayectoria y lo agradece para seguir descubriendo muchas salidas.
Investigación
Izan García Baumbach (Madrid, 22 años) descubrió que le gustaba estudiar en la universidad, cuando se matriculó en Filología Hispánica en la Universidad Complutense de Madrid y tras acabar el grado está ahora estudiando un máster de Investigación en Teatro y Artes Escénicas. Ha recibido una beca de excelencia para realizar estos estudios. Él lo tenía claro, siempre le interesó la literatura y el teatro. Como se trata de una carrera para la que no piden mucha nota, no se esforzó demasiado en el Bachillerato. Pero al llegar a 1º de carrera, empezó a realizar muchos trabajos escritos y se dio cuenta de que «tenía mucha voluntad por investigar, saber, pensar las cosas por ti mismo obtener un criterio a la hora de escribir. Recuerdo con mucho cariño la asignatura de Literatura Medieval, por ejemplo, era un reto acercarme a analizar los textos y a conocer la cultura», explica Izan. En el primer cuatrimestre logró 4 matrículas de honor y tenía 5 asignaturas. «Fue un incentivo que me hizo estar más atento, de hacerme cargo que me estaba construyendo una carrera profesional importante», añade. Acabó el grado con un total de 16 matrículas de honor.
«Aconsejo elegir una carrera que te vaya a enriquecer intelectual y emocionalmente»
Izan García Baumbach
Filología Hispánica UCM
Las horas de estudio no le han apartado de la vida universitaria. Ha disfrutado con sus amigos tanto de horas en la cafetería para charlar de todo, también de literatura, como de salidas culturas y fiestas. En su caso lo difícil fue elegir el máster con el que espera optar al doctorado. «Dudé bastante porque había tres que quería hacer», señala Izan. Acabó por aunar su pasión por la literatura y el teatro y ya piensa en su tesis que versará sobre la recepción escénica del teatro del siglo XVI. «Me gusta como moldean las distintas épocas los textos teatrales, como cambian los significados», matiza. Espera seguir la carrera académica y ser profesor en la universidad, aunque también le gustaría hacer gestión cultural, de clásicos. Aconseja a los alumnos a elegir «algo que te vaya a enriquecer intelectual y emocionalmente. Para mí es un fracaso estudiar algo que no te emociona o que no te aporta nada en tu vida personal».
Vida profesional
Gonzalo García Gil-Delgado (Madrid, 25 años) ya ha acabado los estudios y está trabajando en la consultora EY después de estudiar Ingeniería Industrial en la Universidad Pontificia de Comillas ICAI y posteriormente realizar en el mismo centro un máster pionero que une el programa en Ingeniería Industrial con el del MBA. En su caso siempre tuvo claro que quería ser ingeniero «sin saber muy bien lo que era. Pero soy muy analítico y me gustaban las matemáticas, física y química», explica Gonzalo. Optó por elegir esta universidad por su prestigio «sabiendo que iba a tener muchas salidas profesionales». Asegura que es un chico normal que ha tenido que estudiar mucho para sacarse su carrera. «Hay un primer filtro para entrar en la universidad y el primer año es el más difícil. Pero con trabajo conseguí sacar el grado en los cuatro años», añade. Después siguieron dos años del máster, uno de los más completos para su grado aunque también de los más exigentes, quiso unir la parte de gestión de empresas a la de ingeniería y lo compaginó al final con unas prácticas en EY, empresa que acabó contratándole al acabar los estudios.
«Todas las ingenierías son una carrera de fondo. Se estudia mucho, pero no hay que descartarlas por eso»
Gonzalo García Gil-Delgado
Ingeniero Industrial Universidad Pontificia Comillas
Recuerda su primer año de carrera como un año incierto. «Todas las ingenierías son una carrera de fondo, al principio te cuesta más y luego vas mejor», afirma sobre los estudios. Sobre la vida universitaria, Gonzalo confiesa que su carrera le exigió mucho estudio y no siempre pudo participar en otras actividades, pero acudió a charlas de empresas para «conocer gente y perfiles profesionales muy interesantes». Además, él estaba en un equipo de fútbol fuera de la universidad y contaba con otros proyectos que le robaban bastante tiempo. Le ha sorprendido todas las salidas de su carrera: «No lo esperaba. Me gustaba al principio un puesto de ingeniero puro y al ir estudiando descubrí otras posibilidades», resalta.
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Una de las experiencias que más le gustó fue la de participar en el programa de intercambio en Colorado. «Es cierto que los ingenieros españoles son muy cualificados y reconocidos en otros países, pero nos enseñan los conceptos de una forma que no te cala. En EE.UU., los exámenes no son tan exigentes, pero tienes casos prácticos y te llevan a ver los sitios», recuerda el joven.
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