La falta de acuerdo allana el camino para que el secesionismo retenga la Cámara de Comercio
Las diferencias entre el empresariado frustran el recambio en la hasta hace poco influyente institución
Temen un nuevo pucherazo en las elecciones de la Cámara de Comercio de Barcelona
Barcelona
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Iniciar sesiónSin opciones, por ahora, de fraguar una candidatura unitaria que arrebate al independentismo la Cámara de Comercio de Barcelona, institución en manos del secesionismo desde 2019. Fuentes políticas y empresariales consultadas por ABC coinciden en señalar que, bien por discrepancias personales, bien por estrategia propia, ... bien por falta de interés, la pretensión de armar una candidatura alternativa con opciones es ahora una quimera, lo que allana el camino para que el independentismo tenga opciones de renovar la victoria en los próximos comicios en la institución cameral, previstos para otoño. La Cámara de Comercio, antaño una institución clave en el entramado económico e institucional barcelonés, prolongaría así el declive al que la ha empujado su politización por parte del secesionismo, en este caso la facción Junts/Assemblea Nacional Catalana (ANC).
Ahora mismo no hay alternativa. La Barcelona alérgica a los radicalismos no consigue ofrecer un recambio y un elemento clave en este escenario es la imposibilidad de aunar una estrategia conjunta entre Fomento del Trabajo –la patronal de la gran empresa catalana– y Pimec –representante de las pymes de la comunidad–, históricamente enfrentados.
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Fuentes empresariales y políticas conocedoras de los movimientos para tratar de armar una alternativa señalan que, junto al deseo del empresariado de orden, no secesionista, el principal agitador e interesado en la estrategia para dar un vuelco en la Cámara de Comercio es ERC. Los republicanos, en su afán por convertirse en un partido que transite por el carril central –asumiendo el papel que históricamente detentaba CiU en su relación con la empresa–, tratan de ganar espacios que hasta ahora le eran vetados. Este objetivo pasa ahora por desalojar al actual equipo al frente de la Cambra de Comerç, que ganó en 2019 con una candidatura liderada por Joan Canadell, al frente de la institución hasta 2021, cuando dio el relevo a Mònica Roca, para pasar a integrarse en la lista de Junts al Parlament. La guerra civil en el independentismo se traslada a las instituciones.
El problema para ERC, y como define un empresario consultado por ABC, «es que nadie se fía de ellos», un recelo más que evidente en Fomento del Trabajo, donde sí valoran los esfuerzos de los republicanos por sacudirse el secesionismo 'freak' y presentarse como partido serio, pero no hasta el punto de embarcarse en una aventura conjunta. La principal dificultad es que a Fomento ya le interesa que la Cámara de Comercio siga en las actuales manos, entre otras cuestiones porque con sus salidas de tono y poca seriedad perpetúan su irrelevancia institucional, y así la voz de Fomento gana peso, apuntan fuentes conocedoras del proceso. Del mismo modo, añaden, la relación entre la presidenta 'indepe' de la Cámara y el líder de Fomento, Josep Sánchez Llibre, es buena y fluida, lo que no puede decirse de la que mantiene este último con el líder de Pimec, Antoni Cañete.
Imagen penosa
«Es una batalla que no va con nosotros», añaden fuentes de la histórica patronal, que reconocen que la imagen que proyecta la Cámara de Comercio es más bien penosa, pero que ello no les llevará a intentar aventuras arriesgadas. Sí se señala en otros ámbitos empresarial en cambio la mayor permeabilidad de Pimec a una estrategia de este tipo. Una valoración que es desmentida de plano desde la patronal de las pymes, donde se recuerda precisamente que uno de los ejes estratégicos con los que Cañete ganó la presidencia de Pimec fue precisamente el de la despolitización en unos comicios (2021) en los que derrotó precisamente a otra candidatura independentista promovida por la ANC, que trató de repetir con las pymes la misma estrategia con la que ganó la presidencia de la Cámara dos años antes.
Sí admiten fuentes empresariales y políticas que el proceso electoral en esta última institución es un asunto que está sobre la mesa y que se ha abordado en sucesivas reuniones, pero que en ningún caso Pimec participa de una estrategia coordinada con ERC para hacerse con su control.
Decisiones polémicas
Sea como fuere, la realidad es que la falta de acuerdo y el peculiar sistema de elección del pleno de la Cámara de Comercio –tienen derecho a voto más de 400.000 empresas y autónomos– pueden acabar propiciando que el secesionismo siga instalado al frente de la institución fundada en 1886. El balance de sus cuatro años al frente de la misma es ciertamente polémico, con decisiones que han enojado al empresariado, como la eliminación de la corona del escudo de la entidad, el apoyo al Consell de la república de Carles Puigdemont y la eliminación de 12 de las 14 de las llamadas 'sillas de plata' que había en el pleno, o lo que es lo mismo, la presencia en el máximo órgano de las grandes empresas, no precisamente proclives a los excesos 'indepes'.
El secesionismo logró el asalto en 2019, dentro de la estrategia liderada por la ANC que pretendía hacerse con el control de entidades y asociaciones de la sociedad civil en un intento de penetración del movimiento en ámbitos no políticos. Luego fracasaron en su intento de asalto a Pimec, pero la Cambra fue un trofeo nada menor que esperan retener en 2023. Con un presupuesto de 24,4 millones, tiene participación directa en otras organizaciones e instituciones, casi un centenar, como Fira, el Puerto, el Consorcio de la Zona Franca y la Fundación Bancaria La Caixa.
Tras la sombra del 'pucherazo' de 2019
Las elecciones en la Cámara de Comercio de Barcelona de 2019, además de plantearse como un pulso, entonces ganado por el independentismo, fueron polémicas por su sistema de votación. La Generalitat cambió el sistema, permitiendo un voto electrónico sin demasiadas garantías, lo que propició el concurso de muchos electores movilizados por la ANC hasta entonces ajenos a la institución. La acusación de 'pucherazo' fue generalizada y las elecciones fueron impugnadas judicialmente, en un proceso aún no cerrado. Uno de los damnificados en 2019, el empresario Carles Tusquets, alertó esta semana sobre la perpetuación del sistema en 2023 y no aclaró si se presentará de nuevo.
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