Las etapas pendientes del gran viaje sostenible de las empresas iberoamericanas

Redoblar la colaboración público-privada, mejorar la financiación y el esfuerzo presupuestario y definir estándares claros son las palancas para seguir progresando

Una iniciativa para tomar el pulso de la sostenibilidad empresarial en Iberoamérica

Un 17,6% de las organizaciones iberoamericanas ubicadas en Europa no tienen integrados indicadores ASG, porcentajes que suponen una mejora del 34% y 12% interanual MALAGÓN

El 'III Observatorio de la Sostenibilidad en Iberoamérica', elaborado por EAE Business School, CEIB y FIJE, presentado esta semana en la sede de CEOE, ha demostrado que las empresas iberoamericanas avanzan con acierto en la esencial ruta de la sostenibilidad. De hecho, tres de ... cada cuatro organizaciones iberoamericanas poseen códigos de conducta, un 24,6% más desde el último informe, y el 63% disponen de un área de RSC con dedicación parcial o exclusiva.

Más allá del 'wishful thinking', de marco Agenda 2030, de Objetivos de Desarrollo Sostenible, en el ámbito en el que hay que demostrar el compromiso social con hechos, el estudio revela datos de todo tipo en los que se combinan los logros y las perspectivas de desarrollo (el 84,6% de los encuestados consideran que las empresas con un área específica para impulsar las acciones de RSC están mejor preparadas para enfrentar los futuros desafíos, 37% más que en el último informe) con la lista de tareas a cumplir (sólo un 12% de las empresas destina más del 1% de sus ingresos al presupuesto de RSC).

Andrés Allamand, secretario general de Segib (Secretaria General Iberoamericana); Antonio Garamendi, presidente de CEOE; Matías Fernández, presidente de FIJE (Federación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios) y Antonio Rodríguez (decano de EAE Business School) participaron en la presentación del informe, en la que se subrayó la necesidad de incrementar las partidas presupuestarias en este concepto.

Como señala May López, autora del informe (coordinado por Strategic Research Center) y directora del Global Executive Máster en Sostenibilidad ESG de EAE Business School: «Si bien se muestra un avance en el compromiso con la sostenibilidad de las organizaciones, en la madurez del concepto, en la integración de funciones etc., un 22% de las organizaciones iberoamericanas aún no asigna un presupuesto dedicado en exclusiva a la RSC, y una de cada tres organizaciones se abstuvo de contestar a esta pregunta, datos que muestran que existe todavía un recorrido de mejora». El estudio señala otras tareas pendientes, como la dificultad del acceso a la financiación o el diferente ritmo entre pymes y grandes firmas.

Definir el futuro

También se subraya la necesidad de fijar unos criterios sostenibles claros y de responder a unos estándares normativos globales. Como apunta López, la sostenibilidad no puede limitarse a las operaciones internas de las organizaciones, sino que debe extenderse a lo largo de toda la cadena de valor, «lo que implica establecer criterios claros de sostenibilidad para los proveedores, garantizar prácticas justas y seguras en la producción y la distribución, y promover la transparencia en todas las etapas del proceso». Un esfuerzo que se produce en un contexto globalizado, «donde el desafío de la sostenibilidad adquiere una dimensión aún mayor, ya que las fronteras se desdibujan y las interconexiones económicas son cada vez más complejas. Por ello, las empresas en Iberoamérica no solo deben cumplir con las regulaciones locales, sino también adaptarse a estándares internacionales y responder a las expectativas de consumidores y 'stakeholders' globales», concluye.

El informe recoge opiniones de más de 770 instituciones y empresas de 21 países. Un 'estado de la cuestión' ante el que Garamendi subraya la importancia de «fomentar las alianzas público-privadas, con las personas como prioridad. Estoy convencido, además, de que en materia de RSC y sostenibilidad debemos mantener una visión de medio y largo plazo, desarrollarla a través del diálogo; hacer de ella un factor de fortalecimiento del tejido productivo. Y, cómo no, apostar por la formación, la educación y la retención de talento. Factores, todos ellos, indispensables para garantizar un presente y un futuro innovador, integrador, resiliente y sostenible en el espacio empresarial iberoamericano».

Este compromiso se demuestra también con los datos que señalan cómo el área RSC de las instituciones depende, en un 29,6% de los casos, de la Dirección General; en un 24,1%, de Presidencia o Accionista Mayoritario. «Los jóvenes empresarios (apunta Fernández) contamos con una ventaja importante y es que nuestras empresas ya nacen con la sostenibilidad y la RSC como factores clave, somos por naturaleza sostenibles, responsables y pensamos nuestras compañías con propósito, y esto nos permite implementar las estrategias alineadas a los ODS de una manera más ágil». Fernández incide en la importancia de mejorar las vías de financiación para mejorar el desempeño general, «lo que implica la cooperación con los gobiernos, la comunidad empresarial, la sociedad civil y el sector académico para que todas las empresas puedan incorporar la RSC y lograr así el crecimiento que necesitan. Estos foros y encuentros que organizamos desde CEIB y FIJE en el espacio empresarial iberoamericano, en estrecha colaboración con la Secretaría General Iberoamericana y con instituciones afines a la región, nos ofrecen la oportunidad de compartir e intercambiar procesos y mejores prácticas para seguir trabajando en la sostenibilidad».

La introducción del informe resume las dificultades, en plena 'era poscovid', para alcanzar los objetivos de sostenibilidad marcados por la ONU y, por estas latitudes, por la UE: «El conflicto en Ucrania, las tensiones comerciales y geopolíticas, los desplazamientos forzados de población y el resurgimiento de procesos inflacionarios, la politización de la sostenibilidad…». «La 'policrisis' (recoge el informe) ha hecho aumentar el compromiso con la sostenibilidad: cuatro de cada cinco organizaciones (80,5%) –tanto empresas como asociaciones– creen que la importancia de la RSC dentro de las organizaciones ha crecido desde la Covid-19, un incremento del 37,6% desde el informe anterior, en 2022».

Más importancia

El estudio también destaca los ODS que ganan relevancia en un entorno global: «El 13 (Acción por el clima), pasa de la cuarta a la primera posición, seguido por el 7 (Energía asequible y no contaminante), que cede la primera, y el 6 (Agua limpia y saneamiento)». En los más relevantes para las empresas, destacan el 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), el 17 (Alianzas para lograr los objetivos» y el 13 (Acción por el clima).

La necesidad de que los poderes públicos apoyen las políticas de RSC entre empresas y ciudadanos (el criterio de voluntariedad pierde peso frente a 2022, situándose en cuarto lugar con un 2,8 sobre 5), la especialización necesaria para afrontar el tránsito 'soft law'-'hard law' y la identificación de principales desafíos en los próximos años (cambio climático –40,8%–, crisis económica –37,2%– y la ciberseguridad –36%–) son otros aspectos destacados en esta reflexión.

Como concluye Narciso Casado, director de Relaciones con Iberoamérica de CEOE y Secretario Permanente del Consejo de Empresarios Iberoamericanos-CEIB, la sostenibilidad, en distintos niveles de aplicación, forma parte esencial del desarrollo empresarial del siglo XXI: «La RSC y la sostenibilidad están en el ADN de nuestras empresas e instituciones representativas y es una de las grandes preocupaciones de CEIB. La receta incluye más pedagogía, una mayor implicación del sector público y privado, más recursos, más diálogo… Sin duda, debemos seguir considerándola una oportunidad y una ventaja competitiva para nuestras empresas y nuestros países».

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