La banca ahoga la concesión de crédito por el miedo a la situación económica
Las entidades rechazan cada vez más solicitudes de préstamos, al tiempo que también se hunde la demanda
Las empresas pagan el doble que hace año y medio por renegociar sus deudas
La banca pagará por los depósitos pero dependerá de los tres grandes
Christine Lagarde, presidenta del BCE
Cada vez es más caro pedir un crédito... y que el banco te acepte la solicitud. Esta es una de las principales conclusiones de la última edición de la Encuesta de Préstamos Bancarios del Banco Central Europeo (BCE), en la que se señala que ... no solo la oferta se endurece sino que también la demanda se está hundiendo.
«En el primer trimestre de 2023, los criterios de concesión de préstamos y, especialmente, las condiciones generales aplicadas a los nuevos préstamos se habrían endurecido de forma generalizada por cuarto trimestre consecutivo», recoge el Banco de España, haciéndose eco del documento.
«En el caso de los criterios de concesión, el endurecimiento en la financiación a empresas habría sido más moderado de lo que las entidades anticipaban hace tres meses, mientras que en el crédito a hogares habría sido algo más intenso», indica el supervisor español, al tiempo que añade que «el endurecimiento de las condiciones aplicadas a los préstamos habría sido muy intenso, sobre todo el aumento del coste, lo que se traduciría en un cierto incremento de los márgenes, tanto en la financiación a empresas como en la concedida a hogares».
El BCE, en su informe, indica que «desde una perspectiva histórica, el ritmo de endurecimiento neto de los estándares crediticios se mantuvo en el nivel más alto desde la crisis de la deuda soberana de la zona del euro en 2011«. Cifras históricas que muestran que la banca está cerrando el grifo de la financiación; algo esperado, por otra parte, al calor de las subidas de tipos de referencia del BCE, que precisamente busca ahogar el crédito y por ende la actividad para frenar la inflación.
Las razones por las que la banca no para de ahogar la concesión de nuevo crédito son claras: las entidades perciben cada vez un mayor riesgo y lo toleran menos, todo ello vinculado al «deterioro de las perspectivas macroeconómicas y de la solvencia de los prestatarios, así como al incremento de sus costes de financiación».
Desde el lado de la demanda, esta también se está estrechando. Si el coste del crédito aumenta y si los criterios son cada vez más duros, consumidores y empresas rebajan las solicitudes de préstamos que realizan. «La demanda de préstamos descendió, tanto por parte de las empresas como de los hogares para compra de vivienda y para consumo y otros fines. Esta caída de la demanda habría sido particularmente acusada en el caso de los créditos a familias para adquisición de vivienda. Las entidades financieras ya anticiparon hace tres meses una evolución descendente de las solicitudes, aunque las previsiones eran menos pesimistas de lo que ahora han reflejado los resultados para el primer trimestre del año, salvo en el caso del crédito a hogares para consumo y otros fines, donde los resultados han coincidido con las expectativas negativas manifestadas entonces», recoge el Banco de España.
Así las cosas, la institución añade que «el descenso de las peticiones de fondos por parte de las empresas se explicaría principalmente por el aumento de los costes de financiación y por las menores inversiones. En el caso de los hogares, influiría también la menor confianza de los consumidores».
Rechazo de solicitudes
Toda esta situación de miedo a la situación económica y aumento del coste de los créditos lleva a que las entidades rechacen cada vez más solicitudes. «En el primer trimestre de 2023, los bancos informaron un aumento generalizado en la proporción de solicitudes rechazadas para todas las categorías de préstamos, alcanzando, para préstamos a empresas, el porcentaje neto más alto registrado desde que se hizo la pregunta por primera vez en 2015 (porcentaje neto de 15%, después del 12% en el trimestre anterior)», indica el BCE en la encuesta.
«Esto es consistente con un mayor endurecimiento de los estándares crediticios, lo que hace que los bancos sean cada vez más propensos a rechazar solicitudes de préstamos a pesar de la disminución en la demanda de préstamos», añade el supervisor europeo.