El negocio de la venta de pisos embargados

Jesús Torres advierte de que su empresa ya ha vendido más de 100 casas desde su reconversión en 2008 y que hay «mucha demanda de propiedades con estas circunstancias jurídicas porque tienen muchos beneficios».

La financiación del 100% es uno de los pilares básicos del éxito de esta franquicia que tiene su radio de acción en Málaga, Almería y Granada y que espera expandirse y afianzarse por toda Andalucía, Madrid y Canarias gracias a los acuerdos con nueve entidades financieras españolas. «En tiempo de crisis nuestra empresa funciona bien porque ofrecemos propiedades con una rebaja de hasta el 60% respecto a la tasación inicial», explica el director de esta compañía.

La realidad es que «los bancos suelen favorecer las hipotecas de los pisos que tienen en stock frente a las de viviendas ajenas en un clima de gran competencia entre el mercado de segunda mano y las entidades financieras », explica el presidente la Asociación de Afectados por embargos y subastas , Carlos Baños.

Desde esta asociación dejan muy claro «que no hay trampas ni movimientos especulativos. Los descuentos pueden alcanzar magnitudes superiores al 80% simplemente porque las entidades financieras necesitan liquidez».

Las viviendas en cartera de entidades financieras proceden de particulares que no pudieron hacer frente a las cuotas de la hipoteca. Cerca de un millón de familias están siendo objeto de embargos y desahucios por no poder asumir el pago de las hipotecas de sus propiedades y cerca de 500.000 están en peligro de sufrir esta situación en 2012 y 2013, según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) aseguran «no hay una legislación hipotecaria adecuada» que controle este negocio. De este modo, consideran que «si la ley fuera diferente, habría menos embargos y una bolsa de vivienda pública ».

Sobre este hecho, el presidente de la Asociación de usuarios de Bancos, cajas y seguros (ADICAE) , Manuel Pardos, se ha pronunciado asegurando que todos los hipotecados «son víctimas de las cláusulas suelo », que establecía un interés mínimo para los hipotecados pero que en los últimos años resultó superior al Euríbor .

Este tipo de productos beneficiaban soberanamente a las entidades financieras. Sin embargo, con la crisis económica, se han vuelto en su contra visto que sus clientes no pueden pagar sus crecientes deudas con el banco.