El campo avisa: «Ya se han perdido 35.000 empleos por el alza del SMI»
Las organizaciones agrarias recuerdan que los ingresos del sector están cayendo por el Covid y critican que la Ley de la Cadena Alimentaria no se cumple
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Iniciar sesiónLa intención del Ministerio de Trabajo de subir el salario mínimo (SMI) para el próximo año -hoy fijado en 950 euros mensuales en 14 pagas, que perciben 1,5 millones de trabajadores aproximadamente- ha caído como un jarrón de agua fría para una ... parte importante de los productores agrarios y ganaderos, que critican la medida en un momento en el que los ingresos están cayendo especialmente por el impacto del Covid sobre la hostelería y el consumo; y con una reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria que las principales organizaciones agrarias coinciden en que no se está cumpliendo. En concreto, en lo referente a los pagos al agricultor por encima de los costes de producción.
Desde Asaja, la organización de productores mayoritaria, su presidente Pedro Barato advierte de que el año pasado «el campo ya perdió 33.417 trabajadores por el alza del SMI ». A lo que, en su opinión, contribuyó la fuerte subida del SMI en 2019 que fue del 22,30%, cuando este alcanzó los 900 euros mensuales. Y a este alza se le suma la de 2020 que ha sido del 5,6% y una probable actualización hasta los mil euros al mes para el próximo año, de un 5,26%, que es una de las metas que baraja el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz. El SMI habría encadenado una subida total, entre 2019 y 2021, del 33,16%. Todo un golpe para la rentabilidad de muchas explotaciones que, en el actual contexto, se unirá al fuerte retroceso de la renta agraria en 2019, que cerró con una caída de casi un 9% situándose en los 26.179,6 millones de euros. Un desplome del que todavía no se recuperaría este año, ya que el Ministerio de Agricultura estima que la renta agraria apenas subirá un 4,3% hasta los 29.093 millones de euros en 2020. A ello habría contribuido la rama agraria con una producción de 52.991 millones de euros.
Todo ello, insuficiente para recuperarse del desplome del 9% del año pasado. Unas cifras que se cuestionan desde organizaciones como Unión de Uniones, frente a los datos de otras potencias agrarias europeas como Alemania (-13,3%), Francia (-6,6%), Italia (-5,9%) y con una media de la Unión Europea de un descenso de la renta agraria este ejercicio del 5,2%.
En cualquier caso, Barato cree que «el último alza del SMI penalizó el empleo en el sector primario» y subraya que frente a esta situación, la Ley de la Cadena Alimentaria no se está cumpliendo y esto impide que los agricultores y ganaderos puedan trasladar sus costes como el resto de la cadena: «Se sigue vendiendo por debajo de los costes de producción», apunta, y añade que los precios de muchas producciones tampoco están atravesando su mejor momento, por el impacto del Covid-19 sobre el consumo y la hostelería. Según un estudio del Banco de España publicado a principios del año pasado, en el que se analizaba el impacto del incremento del salario mínimo en ese ejercicio, con datos de la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL), los sectores con mayor incidencia sobre el empleo fueron la agricultura (11,1%), sin contar con los trabajadores de los regímenes especiales del campo y del mar, seguido de los servicios de mercado (7,7%). Si se escoge la información salarial de la EPA, destaca el impacto sobre la agricultura (28,1%).
Si a eso se suma que muchos costes fijos lejos de bajar suben, como el gasóleo profesional, la electricidad -por ejemplo, la organización de regantes Fenacore estima que desde 2008 la factura eléctrica de las agricultores se ha disparado un 120%- o la maquinaria, el cóctel de otro alza del SMI puede resultar letal para muchas explotaciones. Especialmente las más intensivas en mano de obra. Al respecto, el profesor del Departamento de Economía Agraria de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas de la Politécnica de Madrid (UPM), Silverio Alarcón, constata que en este sector «hay muchas empresas rentables», ademas de una «gran heterogeneidad y tamaño de las explotaciones», en las que algunas incurren en «unas estructuras de coste muy abultadas» .
En su opinión, el mayor impacto de un alza del salario mínimo afectaría a las que más dependientes sean de la mano de obra, como sucede en zonas de Extremadura. «Cultivos como las frutas y hortalizas se verían más afectados también , así como la agricultura de Levante y Andalucía», estima este economista, quien ve menor impacto en la agricultura extensiva del centro de la Península como el cereal en Castilla y, dentro de la ganadería, apunta que el porcino.
El problema de los «precios bajos»
Alarcón también coincide con Barato en que otro problema añadido son «los precios bajos» y recuerda las movilizaciones organizadas por todo el país por Asaja, COAG y UPA a principios de este año, especialmente, por la delicada situación de sectores como el olivar tradicional. «En general, lo que quieren y piden siempre los agricultores es que el mercado, a través de los precios, reconozca los productos que están fabricando. No quieren más subvenciones ni que se pague menos a la mano de obra», concluye.
Para los sindicatos la perspectiva es muy diferente: el secretario del Sector Agrario y Manipulado Hortofrutícola de UGT - Fica, Emilio Terrón, «el sector agrario es uno de los que mayor impacto» han tenido estas subidas «y donde mejor nos ha venido: los salarios estaban bastante por debajo de los 900 y 950 euros». En este sentido, apunta que con el actual SMI de 950 euros mensuales lo mínimo al día son 48,54 euros , «donde van metidos la parte proporcional de vacaciones y paga extraordinaria», y critica que organizaciones como Asaja impugnaran los dos últimos decretos de subida del SMI. Terrón asegura que no pone «en duda que los márgenes sean estrechos» aunque asegura que se sigue apostando por los mismos cultivos año tras año. De igual modo, se manifiesta a favor de una cadena alimentaria, «en la que no se compre por debajo de coste: ahora bien, lo que no puede ser es que porque se diga que no es rentable, un trabajador no pueda ganar los 950 euros mensuales del SMI», concluye, y menciona conflictos alrededor de los convenios colectivos en zonas como Murcia, Almería o Huelva. Además de denunciar incumplimientos en Aragón o Cataluña con el SMI.
Desde la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), su secretario general, Lorenzo Ramos, sitúa el problema más que en el salario mínimo en el «incumplimiento» de la última reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria . «Si no se cumple, no nos salen las cuentas y tendremos dificultades para pagar los salarios: queremos trabajadores con buen sueldo, pero también tener la posibilidad de poder pagárselo», apunta el máximo responsable de UPA.
Ramos lamenta que, mientras en lo referente al SMI hay que cumplir la ley, otros no lo hagan y, encima, vea como sube el gasóleo, los insumos, los abonos o los productos fitosanitarios.
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