CaixaBank quiere reducir su plantilla en 2.157 personas, el 7,3% del total

Tras la reunión del pasado jueves, en las que la dirección y los representantes de los trabajadores hicieron un primer acercamiento para fijar principalmente el calendario de la negociación, esta ha comenzado formalmente hoy en Madrid, dado el interés de los sindicatos en que se desarrolle también en aquellas ciudades donde Caixabank tiene una presencia importante, y donde de hecho se concentrará el grueso de los recortes,

Fuentes sindicales han visto así confirmados sus cálculos, que estimaban que la reestructuración podría afectar a entre 2.000 y 2.400 trabajadores. Fuentes de la empresa han confirmado a ABC que «el plan de reestructuración generaría un excedente laboral que CaixaBank estima en 2.157 personas». Según ha podido saber ABC, el grueso de los despidos se van a realizar en Madrid, Valencia, Sevilla y Santa cruz de Tenerife. Por el contrario, no habrá despidos ni en Teruel ni en Barcelona, donde la entidad adolecía de una falta endémica de personal.

El plan estratégico 2019-2021 trazado por la entidad contempla el cierre del 18% de la actual red de oficinas -hasta llegar a 3.640- , a la vez que se consolida el modelo de sucursal «store » -de mayor tamaño y oferta de servicios-, hasta llegar a las 700 (en un primer momento se habló de 600); a la vez que se consolida el modelo AgroBank en el ámbito rural para poblaciones con menos de 10.000 habitantes). Sin embargo, los sindicatos ven estas cifras poco «realistas». Todo este proceso es paralelo a la decidida apuesta por la digitalización a través del servicio de atención remota "in touch", pasando de los 900 gestores actuales a 2.000, precisan fuentes de la entidad.

Desde la representación de los trabajadores se reclama que todas las medidas se hagan de manera concertada a través de un plan de bajas incentivadas que evite los despidos forzosos, algo que desde la entidad se asegura que también se quiere evitar. Los sindicatos reclaman también que no se abogue por la movilidad geográfica ni una modificación sustancial de las condiciones de trabajo. Las centrales reclaman que se abra una mesa de negociación que no esté sometida a los plazos legales.

"Justo cuando se vislumbra un repunte de la actividad financiera, y empiezan ya a consolidarse beneficios más que aceptables, plantear una modificación sustancial de condiciones de trabajo no parece el mejor medio de conseguir una plantilla comprometida con la empresa", apuntaba el pasado lunes la sección sindical de UGT.